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El Baskonia llega a los play off por el título de la Liga ACB como un equipo que ha perdido el hábito de ganar. Las secuelas del brote covid se han llevado, entre otras cosas, la capacidad azulgrana para sumar, con mayor o menor ... brillo, triunfos que le permitan alimentar su confianza y afianzar su posición de cara al asalto al último torneo en juego de la temporada. Con el cuadro de los play off ya conformado, el plantel azulgrana es, ahora mismo, un defensor del título rezagado.
Ser quinto al cierre de la fase regular tampoco supone un desastre. Menos defendible es el hecho de que, entre los ocho equipos que disputarán las series, el Baskonia sea el que peor balance muestra en las últimas diez jornadas disputadas. En este tramo final de competición, el equipo de Ivanovic acredita una cosecha escasa de tres victorias y siete derrotas. La racha se extiende desde finales de marzo, cuando todavía estaba en juego la Euroliga, hasta la derrota de anteayer en Manresa. Es el período más bacheado y convulso de la escuadra vitoriana desde el inicio de campaña. De la lesión de rodilla de Jekiri a los problemas físicos y la posterior marcha a la NBA de Luca Vildoza; del parón de 23 días debido al brote de coronavirus a la llegada de Colom y Masserat y un nuevo arranque con demasiadas incertidumbres.
Derrotas ante rivales situados por debajo en la clasificación como son el Gran Canaria, UCAM Murcia, San Pablo Burgos, Unicaja, Joventut o Manresa, más otro tropiezo, quizás el menos reprochable, ante un Barcelona en plena carrera hacia la Final Four de la Euroliga que arranca el viernes en Colonia. Al otro lado de la balanza, tres victorias ante los dos equipos ya descendidos, Gipuzkoa Basket y Estudiantes, y otra frente al MoraBanc Andorra.
Se trata de un camino accidentado que comenzó ya cuando el equipo azulgrana peleaba por un puesto en el Top 8 de la Euroliga, tiempo en el que se cayó ante los insulares. De la resaca tras la eliminación continental quedó un rescoldo amargo, con la derrota en tierras murcianas y ante el plantel burgalés. A partir de ahí, el brote de covid frena en seco a un Baskonia que comenzaba a mostrar síntomas de vulnerabilidad. Tres semanas paralizados por el virus, con la venta de Vildoza a los Knicks de por medio, han terminado por agudizar de manera extrema el declive.
La flojedad actual del Baskonia es patente, pero esa aureola de equipo siempre dispuesto a la pelea cuando toca dar el máximo genera recelos entre el resto de aspirantes al título. Lo hace en el seno de un Valencia Basket que muestra una tarjeta de presentación en las últimas diez jornadas ligueras de siete victorias y tres derrotas. Los números le lucen más al plantel taronja, pero sus sensaciones tampoco son las mejores. Los resultados le sonríen pero sus momentos de intermitencia durante los partidos no lo convierten en el más fiable de los equipos. El fin de la Euroliga supuso también la constatación de que el Valencia Basket no disputará el próximo curso la máxima competición continental, lo que va a obligar a redimensionar el proyecto y decir adiós a algunos de los jugadores firmados el pasado verano como Derrick Williams o Nikola Kalinic. La duda sobre la continuidad en el banquillo de Jaume Ponsarnau también prevalece, otro factor de inestabilidad en una plantilla, en cualquier caso, más larga y con mucha mejor salud que la azulgrana.
Cada uno a su manera, el Baskonia y el Valencia Basket han pagado el peaje de compatibilizar Euroliga y Liga ACB. Los titubeos apenas han hecho mella en los otros dos equipos que han competido en la élite continental esta temporada. El paso del Real Madrid y el Barcelona en las diez últimas jornadas de la fase regular es firme y calcado; nueves victorias y una sola derrota para ambos. Su cadencia es de otro mundo. El equipo de Laso ha terminado liderando la tabla con 34 victorias y solo dos derrotas. Los levantinos lo observan desde el cuarto puesto a una distancia de diez triunfos. El margen es de once respecto al Baskonia, quinto con un total de 23 victorias.
La presencia del Barcelona en la Final Four da una semana de espera hasta el inicio de los play off. El margen de espera enerva a buena parte de los aspirantes, aunque también da al Baskonia una ventana para ajustar y rodar una maquinaria ahora endeble. Por otro lado, el formato corto al mejor de tres asaltos de todas las eliminatorias relativiza un factor cancha que, en la serie de cuartos, está del lado del Valencia Basket. La campaña pasada, el Baskonia saltó como una sorpresa arrolladora del confinamiento a la burbuja de la Fonteta para atrapar el título liguero. Ahora, aparenta ir varios pasos por detrás. El momento para redoblar la zancada se acerca.
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