Dos décadas de peregrinaje activo a Estambul

El día en el que se cumple el primer aniversario de la memorable puerta atrás ejecutada por Polonora y Vildoza sirve también de referencia para abrochar dos décadas de peregrinaje hasta Estambul. Movimientos que se han amplificado especialmente en esta última, en el que la economía turca ha ocupado el hueco de la griega, con Atenas en plena deflación, gracias a las grandes inyecciones económicas de los multimillonarios Tuncay Ozilhan y Maurizio Gherardini.

De la ruta iniciada desde Foronda han partido catorce jugadores que conforman una plantilla de lujo y casi equilibrada de haber coincidido en el tiempo. El puesto de base lo compartirían la exuberancia física de Henry con el talento incandescente de Thomas Heurtel. El galo, un timonel diferente en estilo de juego, carácter y grado de implicación al de South Charleston, dejó alrededor de 750.000 como aguinaldo adelantado para recalar en el Efes en las Navidades de 2014.

Son mayoría los que han preferido ver la majestuosa puesta de sol reflejada sobre el Puente del Bósforo desde la parte europea, especialmente aconsejados por Misko Raznatovic. Fue el caso de Rodrigue Beaubois, que hizo caso omiso a los intentos de renovación del Baskonia en 2018 para acabar jugando en el actual campeón de la Euroliga. Sin título, pero el mismo camino que emprendió en 2008 Igor Rakocevic, alegando querer estar más cerca de la familia. Un año antes recogería sus pertenencias de la taquilla del Buesa Arena el turco Serkan Erdogan.

Por si faltaban puntos en la zona exterior llegan Ricky Ledo (2017) y Saulius Stombergas, el pionero de la ruta con destino al conjunto cervecero. Se trató de una cesión forzada por el marco de contratación vigente en 2001. La posición de alero la completaría Nemanja Bjelica, cuyo traspaso dejó más de un millón de euros en las arcas vitorianas procedentes de un proyecto del Fenerbahce que recuerda al que vuelve a estar gestando su mecenas Maurizio Gherardini.

La trayectoria del serbio tomó un rumbo contrapuesto a la del jugador que abrió la vía estambulí. Kenny Green recaló en el desaparecido Ulker después de tres años en el Taugrés (94-97) y su rendimiento cayó en picado en los apenas cuatro meses que duró su estancia en el país otomano. Menos pronunciado pero también de calado fue el descenso de la productividad de Esteban Batista y Stanko Barac, que protagonizaron un simultáneo cambio de aires en el verano de 2011. El del jugador bosnio llegó en forma de traspaso a cambio de más de un millón de euros, lo que permitió reequilibrar el balance económico de la época.

A la lista se sumó más tarde el que fuera uno de sus sustitutos. Milko Bjelica, después de dos años y un fructífero regreso como temporero en 2013, también recaló en el Efes, desde donde llegó Kaya Peker en 2006, que saldría al año siguiente al Besiktas. El camino inverso recorrió Dusko Ivanovic, preparado para sujetar otra reforma azulgrana. Aunque más sonada sería la marcha de Velimir Perasovic en 2016. Después de alcanzar la Final Four de Berlín y con contrato en vigor, decidió rascarse el bolsillo (350.000 euros) para volver a la ciudad del Gran Bazar, en la que pocos baskonistas han logrado triunfar.