Una década de la canasta prodigiosa de El Santo

En este caso, el martirio fue del F. C. Barcelona, que llegaba a la final de la ACB tras ganar la Euroliga en París. Con Rubio, Navarro, Mickeal, Lorbek y Xavi Pascual en el banquillo.

Por la vía rápida y sentenciados en un escorzo que, ese sí, cerca estuvo de descoyuntar al alero cántabro, los azulgrana eran barridos (0-3) en el play off final de la competición doméstica. El Baskonia levantaba su tercera Liga. El último trofeo en entrar en sus vitrinas. Fue el día que Thiago Splitter abandonó el Buesa para calzarse las espuelas plateadas en San Antonio. MVP de aquella temporada y aquella final fue el gran artífice de un título que por siempre estará ligado a Fernando San Emeterio y su inolvidable dos más uno en los segundo finales de un partido que parecía iba a ganar el Barcelona.

Con cerrar los ojo cualquiera vuelve a ver la jugada. El balón entrando en la red mientras los árbitros señalan la falta de Terence Morris, que significaba el adicional que valía un campeonato. Entrada por la izquierda para un diestro cerrado, que acaba por rectificar, pasar el balón por debajo del aro hacia la derecha y soltarlo con las dos manos en una de las posturas tan antiestética como efectiva.

Esa fue la opción elegida por el jugador santanderino después de recorrer la cancha con seis segundos por consumir -atrapó el rebote del tiro libre fallado por Basile- y recordar que meses atrás había afrontado una situación similar en el play off de Euroliga contra el CSKA y que había terminado con un intento triple que no llegó a tocar aro. Igual por eso no se paró y buscó la vía rápida del 6,25. Sí, 6,25. El triple no se retrasó al 6,75 hasta octubre, con el inicio de la temporada siguiente. Esa en la que San Emeterio fue MVP de la liga regular.

Empate a 78 y cinco décimas en el reloj para que el alero anotara el tiro libre que colocaba el 79-78 La alegría estallaba en el Buesa Arena. Hasta Dusko Ivanovic sonreía en la banda.

Solo el montenegrino sigue en el club una década después. De imprevisto hasta que apareció como relevo de urgencia de Perasovic y, ahora -pandemia mediante-, tal vez destinado a repetir éxitos en el novedoso formato que arranca pasado mañana en Valencia. No le temblara el pulso, ni al de Bijelo Polje ni a sus huestes, al ir lanzando uno a uno a los rivales al cauce, igual seco, del Turia.

Y eso que en la burbuja de La Fonteta se toparán precisamente con nuestro héroe. San Emeterio estará con el Valencia Basket otra vez en la pelea por el título. Es el santanderino, por cierto, uno de los únicos tres jugadores que han logrado dos campeonatos de la ACB sin vestir las camisetas del Real Madrid o del Barcelona. La primera, la que hoy cumple una década. La otra, en 2017, como taronja, a las órdenes de Pedro Martínez.

Los otros dos son Jesús Lázaro, que lo hizo de suplente de Chichi Creus en el TDK de los milagros y como tercer base del Unicaja, en 2006, compartiendo vestuario con Walter Herrmann, otro de los protagonistas del partido que hoy recordamos.

Tiene sus ecos de actualidad aquella temporada de 2010. No hubo pandemia, eso está claro, pero sí la habitual plaga de lesiones entre los del paseo de Zurbano. Eliyahu y el propio Herrmann estuvieron ausentes mucho tiempo y se les pudo recuperar para dar lo mejor en el play off junto a Pau Ribas (que estará en L' Alquería con el Barça); Marcelinho Huertas (con el Tenerife y ambos rivales de grupo del Baskonia); English, Oleson, Barac o Teletovic. A ellos se sumó Milt Palacio a última hora.

Que me libre Iker Jiménez de los paralelismos cabalísticos, pero Jayson Granger y Luca Vildoza regresan esta semana con las mejores sensaciones y hay un base que promete (Kurucs) que podría dar ese plus de lo inesperado. También, digámoslo bajito, un líder que podría jugar su último encuentro en la final del día 30. Los milagros, a Santa Benilde.