![Doce años de persecución incesante](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202102/09/media/cortadas/dusko-ivanovic-kbW-U130469587195pa-1248x770@El%20Correo.jpg)
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El álbum de estampas triunfales del Baskonia en la Copa del Rey da para un sinfín de instantáneas. El torneo que se convirtió en ascensor hacia la gloria de los títulos para el club vitoriano a partir de la década de los noventa del pasado siglo dispone de un espacio de honor para la escuadra alavesa y su fiel afición, siempre dispuesta al éxodo jaranero cuando se trataba de ir de copas. Seis son los títulos alzados en esta competición trepidante y que el campeón se liquida en tres tragos. Casi sin respiro, con la adrenalina a flor de piel y las cartas boca arriba.
El último gran sorbo copero se lo tomó el Baskonia un ya lejano 22 de febrero de 2009. Fue una tarde-noche eterna en el hoy llamado WiZink Center madrileño. Pete Mickeal sajaba con un tapón el intento triple de Berni Rodríguez y coronaba una prórroga antológica contra el Unicaja. Reloj a cero y el marcador mostraba un 100-98 a favor de la causa azulgrana. Caía en la red la sexta copa tras superar al conjunto andaluz que entonces dirigía Aíto García Reneses. Campeones con Dusko Ivanovic en el banquillo, Mirza Teletovic como MVP y un equipo de apellidos inolvidables como los Splitter, Prigioni o Vidal, entre otros. La grada de azul y rojo y el trofeo hacia el cielo, confirmando la voracidad insaciable de un Baskonia que, meses antes, había iniciado la segunda etapa del técnico montenegrino en Vitoria cuando aún resonaban las celebraciones de la segunda Liga ACB ganada bajo el mando de Neven Spahija.
Aquel título reforzó aún más la reputación del Baskonia como clásico copero. La colección que había comenzado en Granada 1995 alcanzaba la sexta muesca copera. Sin embargo, la cuenta se paró aquella noche de abrazos y celebraciones. Fue la última jornada de recolección en un torneo que, desde entonces, da esquinazo a los vitorianos. Doce años de persecución incesante sin obtener el premio ansiado. Da igual cuál sea la maniobra de aproximación; con tendencia positiva, ánimo de comerse el mundo, entre el pelotón de favoritos o con dudas y debilidades.
Once ediciones de pinchazos en hueso, algunas eliminaciones a las primeras de cambio e incluso un par de ausencias. Las crisis invernales impidieron acudir a la fiesta copera en las ediciones de Gran Canaria 2015 y Málaga 2020. La pasada temporada, el volver a empezar de Dusko Ivanovic tras el despido de Velimir Perasovic no alcanzó para superar el corte copero. Luego llegaría la pandemia, la reclusión del confinamiento y el título liguero a puerta cerrada en la burbuja de Valencia, que puso fin a una década de sequía de títulos.
Resulta complicado imaginar la Copa sin la escuadra vitoriana y su hinchada. La séptima vuelve a ponerse al alcance en el torneo que se abre el jueves en el WiZink Center, desierto de público por obvias razones sanitarias. Los vitorianos ocupan un lugar preferente como cabezas de serie, señal de sus méritos durante la fase regular pero que no da ni un solo punto de ventaja una vez lanzado el balón al aire. El Baskonia comparece solo, con el apoyo de su gente en la distancia y el libreto habitual de tópicos que siempre rodea a la Copa. A saber; mal si eres anfitrión, peor si defiendes título; cuidado con ir con el cartel de favorito y nada de confianzas, que a un partido...
2009. El Baskonia gana este año su última Copa en Madrid. La sexta de una serie que comenzó en Granada 1995 y siguió en Valencia 1999, Vitoria 2002, Sevilla 2004 y Madrid 2006.
2. Han sido las ausencias azulgranas en el torneo en las últimas once ediciones. Fueron las de Gran Canaria 2015 y Málaga 2020.
4. Son los entrenadores que han ganado la Copa con el Baskonia. Sergio Scariolo, Manel Comas y y Velimir Perasovic suman una cada uno. Dusko Ivanovic luce tres entorchados.
Lo sabe bien el plantel vitoriano que, desde que alzó su último título, ha tenido que vivir hasta en tres ocasiones la dura experiencia de pedir la cuenta en el hotel de concentración cuando apenas había deshecho el equipaje. Sucedió en Málaga 2014, con Sergio Scariolo a los mandos y la baja de última hora de Thomas Heurtel. Cojo sin el talento del galo, el Baskonia dijo adiós a la Copa al caer ante el Valencia Basket (74-73). Idéntico destino se reprodujo en Gran Canaria 2018 y Madrid 2019. Un Barcelona renacido de la mano de Pesic eliminó en la primera ronda del torneo disputado en tierras canarias a los vitorianos, firmes con Pedro Martínez hasta sufrir el vértigo del debut copero (94-90). Un año después, Nicolás Laprovittola se vistió de genio para hacer el partido de su vida, llevar al Joventut a semifinales y mandar a casa al Baskonia de Perasovic (89-98). Contrariedad y frustración; un globo de ilusión que explota apenas pisada tierra copera. El argentino firmó la mejor actuación individual en la historia del torneo (36 puntos y 50 de valoración) y un salvoconducto para su posterior fichaje por el Real Madrid.
Nada peor que irse de la Copa apenas aterrizado. Llegar a las semifinales deja esa sensación de, al menos, haber amortizado los gastos del viaje. Sin embargo, hay una cadencia lacerante cada vez que el Baskonia ha alcanzado este segundo escalón en los últimos tiempos. Cada asalto a la gran final, seis en las últimas once ediciones, se ha resuelto con resbalón, caída al vacío y vuelta a casa. Y siempre con el Barcelona o el Real Madrid como verdugos. Los blaugranas frenaron a los alaveses en las semis de 2011, 2012, 2013 y los blancos en las de 2010, 2016 y 2017. Con marcadores ajustados y correctivos dolorosos, pero siempre con el resultado de derrota para los vitorianos.
Muros infranqueables con colores recurrentes. En realidad, los limites coperos del Baskonia en las últimas ediciones marcan también el signo de los tiempos en la historia reciente del torneo, nacido como espacio abonado para lo improbable y ahora sometido al yugo de los más fuertes. De hecho, el título vitoriano de 2009 dio paso a un compás monótono que reduce el cartel de ganadores a merengues o blaugranas. Seis han caído del lado blanco y cinco del catalán sin que ningún otro club haya podido dejar su impronta en el palmarés. De la sexta del Baskonia al 'tuya o mía' del Real Madrid y Barcelona durante once ediciones. Quizás ya sea hora de atrapar la séptima.
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