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La singularidad de la Copa del Rey de baloncesto que arranca hoy en Granada tiene que ver con la ausencia de clubes tan representativos en ella como el Baskonia y el Unicaja, esta vez incapaces de clasificarse entre los ocho primeros de la Liga Endesa ... en el corte a mitad de competición. Para los aficionados vitorianos, Granada queda en el recuerdo como sede donde se alzaron con el primer trofeo hace años, tantos como veintiocho. Otra particularidad copera reside en la presencia de un recién ascendido. El Río Breogán ha asombrado al mundillo de la canasta por su forma de jugar en las primeras jornadas de la temporada regular. Ocurre que inesperadamente y por primera vez en la historia de la ACB un entrenador abandona un club para irse a otro. El debutante que no novato Paco Olmos, después de un largo recorrido por Sudamérica, aterriza en Lugo, la entidad que le ofrece la oportunidad aunque no le pone una fuerte cláusula de rescición. Y él se acaba dando a la fuga a Burgos. El tiempo dirá si acertó o no; lo que no hay duda es de que la actuación del club cuanto menos fue poco previsora. Pero vayamos a los partidos.
Los de Badalona conforman el equipo más representativo de una forma de actuar tan 'demodé' que llama la atención: baloncestistas de la cantera de ida como pueden ser Birgander u Parra unidos a Rivas y Vives, de vuelta de grandes temporadas en otros lugares. Carles Durán, su entrenador fiel seguidor de la filosofía de la Penya, sabe catalizar la forma de ser del club y entre sus méritos es hacer jugar con atención y rendimiento a Tomic, que está viviendo el otoño de su carrera felizmente.
El Tenerife es más predecible. Durante ya unas temporadas, Txus Vidorreta consigue tener a su equipo en la zona notable de nuestro baloncesto. Su juego es menos versátil que el de su contrario pero no menos sólido. La tripleta Huertas, Shermadini y Fitipaldo da la personalidad al grupo. Su juego del 2x2 es de lo mejor de Europa, siempre bien acompañado de buenos tiradores. El pronóstico del primer duelo de cuartos de final es incierto en un partido que sale marcado por la reciente victoria de los tinerfeños en su visita a Badalona.
Todos los debutantes en este evento se lo toman más como un premio que como una dura competición. Los aficionados de Lugo llegarán más a festejar la meta conseguida que a pelear por el título. Solo puede ser ganador el Real Madrid, que empieza a vivir ciertas urgencias. Últimamente, el Barcelona le gana con cierta facilidad. A los blancos se les están acabando las reservas, los incorporados más recientes Abalde, Alocen -desgraciadamente lesionado de gravedad- y Hanga no sustituyen con garantías suficientes a los eternos Llull, Rudy y Causeur. Suerte que hasta la final no se encontrarán con los catalanes. De cualquier forma, los madridistas han dado tantas lecciones de recuperación y amor propio que siempre son favoritos.
Cruce entre dos entrenadores de moda. Joan Peñarroya (Valencia) crece y crece en una carrera que sin duda le llevará a una entidad de la Euroliga. Empezó con muchos jugadores lesionados, dio entrada a españoles en los que casi nadie creía y tiene partidos de gran brillantez. Su victoria en Madrid de hace pocos días fue una demostración de baloncesto. Por su parte, Sito Alonso, al final, tiene continuidad en un club, y no de uno de los más fiables, y los suyos rinden con regularidad. Todo producto de un nítido estilo Euroliga: jugadores muy fuertes, todos de importación con la excepción del admirable Bellas, defensa dura y ataques alegres. Me gusta el Murcia. En el combate mediterráneo creo más en los valencianos aunque para el resultado final todo son incertidumbres.
Aún le escuece a Jasikevicius la derrota que le endosó Pedro Martínez en el Palau. Fue uno de os mejores partidos que he visto este año en la ACB. Para el Manresa no existe la pausa después de que el contrario le hace canasta; no hay tiempo para la frustración ni descanso para los contrarios. El marcador influye muy poco en su comportamiento, todo fluye con naturalidad y así puede ganar a cualquiera.
Pedro, de vuelta de todo, es como los entrenadores de la NBA que luego se van a una universidad a derramar talento. No creo que los suyos puedan sorprender al Barcelona. Las ansias de victoria y títulos de los blaugranas les convierten en legionarios del baloncesto. Cuando no lo ponen todo, son un equipo vulgar, no saben actuar a medio gas. En la Copa seguro que brillará la pareja Calathes-Mirotic.
Sería una gran y grata sorpresa que la final del domingo no la jugaran los equipos de fútbol. Son ellos los que desde hace tiempo sustentan la brillantez de la competición española.
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