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iván benito
Miércoles, 26 de mayo 2021, 01:27
No será el baloncesto el terreno en el que más importan los preliminares para el resultado final, pero también ayudan a la hora de saber por dónde abordar el desafío. Son parte del contexto, del que siempre conviene tener en cuenta a la hora medirse ... a cualquier rival. El Baskonia vuelve a encomendar su camino hacia la gloria a La Fonteta, escenario vinculado ya para la posteridad de la historia azulgrana, pero morada taronja. Su anfitrión, el Valencia Basket, capaz de romper el techo de cristal de los clubes de fútbol en la temporada 2016-2017, lleva más de una década propagando la cultura del esfuerzo y amenaza con liquidar la defensa del título del conjunto vitoriano en la primera ronda.
El lunes (19:45) dará inicio en la Fuente de San Luis una serie que se antoja igualada pese a las distintas dinámicas de los equipos. Llegan mejor los locales, que arrebataron el factor cancha en las últimas jornadas a unos azulgranas convalecientes del coronavirus. Una lucha contrarreloj por eliminar esta semana cualquier secuela y desplazarse hasta Valencia con las fuerzas necesarias para voltear unos fatales precedentes.
El Baskonia ha perdido en doce de sus últimas quince visitas a La Fonteta. Contabilizando únicamente las veces que se ha enfrentado al conjunto taronja, incluida la improvisada semifinal a un partido del curso pasado. Un registro atroz que se extiende desde la campaña 2011-2012, cuando los vitorianos encadenaron cuatro victorias en sus últimas cinco presencias a orillas del Mediterráneo. Desde entonces, solo tres triunfos en los últimos nueve años. Uno en la competición doméstica, otro en la continental y el ya mencionado preludio de la cuarta liga baskonista.
Una tiene el Valencia, en la que eliminó al Madrid en la final, al Barcelona en la serie inaugural y al propio Baskonia en semifinales. Bajo la batuta de Pedro Martínez, los taronjas lograron el único pase de ronda de las cinco eliminatorias en la que ha cruzado camino con la entidad de Zurbano. Recuperando el factor campo en el primer partido y asentado la sentencia en los dos episodios acaecidos en 2017 bajo la luna de Valencia. Antes había vencido en seis encuentros de la fase regular de la liga y otros dos en Euroliga, a los que hay que sumar las dos victorias en lo que va de curso.
El resto de eliminatorias favorecen a los vitorianos, que cumplen la siguiente premisa. Siempre que se han enfrentado al Valencia en la primera ronda de un play off han acabado ganando la Liga ACB. Dos de dos. Claro que no son las repeticiones necesarias para establecer una fórmula matemática que se rija por la exactitud. Primero se encontraron en 2002, cuando el formato establecía las eliminatorias a cinco partidos desde el inicio y una distribución salteada de cada encuentro. No hizo falta llegar al quinto, ya que el Baskonia rubricó el pase a semifinales en el cuarto partido. En 2008 la configuración ya fue idéntica a la actual, con los azulgranas sellando la victoria en el Buesa en el tercer partido. Claro que en ambos casos, el duelo se produjo con el factor campo a favor, por lo que este año se plantea un escenario inaudito entre ambos conjuntos.
También parece que el Valencia va a poder contar con 1.500 aficionados en las gradas, mientras nada hace presagiar la igualdad de condiciones en el Buesa Arena. Distintas realidades en la batalla contra el coronavirus y un cómputo general igual de antagónico para una eliminatoria con sobrados alicientes.
Las posibilidades del Baskonia aumentarán en función del estado físico de Polonara y Peters. El norteamericano no disputó el encuentro de Manresa por unas molestias en la rodilla y se puso a trabajar de inmediato para una recuperación que parece que llegará a tiempo. Es el italiano el que genera más dudas. El esguince de tobillo que se produjo ante el Unicaja fue preocupante, aunque desde el club afirman que la recuperación va según lo previsto y que será la evolución de los días la que marque la presencia de ambos. Precisamente, un excompañero de Polonara en el Dinamo se Sassari, el base Marco Spissu, es uno de los primeros nombres vinculados al Baskonia para la próxima temporada. A sus 26 años, ha sido la campaña de su confirmación en la Lega, con casi 13 puntos, mucha facilidad para anotar desde la larga distancia y repartiendo más de cinco asistencias. El jugador italiano, al igual que su compatriota en el momento de su fichaje, tiene contrato con el club hasta 2022, pero desde el país transalpino informan de que los vitorianos estarían dispuestos a pagar su cláusula de salida de en torno a los 90.000 euros.
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