Otro compromiso envenenado

Muchas miradas estarán puestas en el técnico croata. Discutido por sus decisiones finales contra el Olympiacos, debe encontrar un quinteto que le permita arrancar bien los partidos y mitigue de una vez las pérdidas de balón en la base de la jugada. «Necesitaba reaccionar cuando vi que el equipo no podía organizar el ataque. No fue bien. Es un error del entrenador», reconoció al término del partido. Hoy no podrá contar con Lamar Peters debido a la normativa de la ACB de jugar con solo dos extracomunitarios. Salvo sorpresa mayúscula o lesión de última hora, Baldwin y Alec Peters han demostrado ser indiscutibles.

Del ritmo que vaya cogiendo el ala-pívot estadounidense dependerá buena parte del devenir azulgrana, que acumulará un partido más sin el sustituto interior de Nnoko y espera que Kurucs, Raieste, Marinkovic y Sedekerskis, todavía con algún rastro del covid, vayan entrando de forma más asidua en la rotación. Importante será la innegable capacidad defensiva del joven lituano, que con Spahija ha bajado su protagonismo pero cuya actividad física es una parte importante del engranaje alavés. Y más, en un partido que les enfrenta al tercer mejor ataque de la ACB.

El Fuenlabrada de Josep María Raventós se caracteriza por su juego alegre, dinámico y de posesiones cortas. Promedia 85.1 puntos por partido –el Baskonia solo 80,3– y es el equipo con mejor porcentaje de acierto desde el triple (39,7%, por 38,3% de los azulgranas). Sus jugadores más certeros son Meindl (46%), Cheatham (44%) y Emegano (43%), el segundo máximo anotador de la liga (17,1 puntos), que será duda hasta última hora por problemas musculares, aunque también aprovechan el vigor atlético de Kyle Alexander para rentabilizar el juego interior. Todo ello con los triples a una pierna de Jovan Novak y el joven Ziga Samar al mando de las operaciones, un base esloveno formado en España que apunta a ser de lo más codiciado el próximo verano.

Razones para pensar que será un partido más igualado de lo que los nombres suscitan y en los que el Baskonia deberá revisar su depósito de gasolina en el que será su tercer asalto de la semana. Los madrileños, por su parte, llegan después de una semana completa de fuertes entrenamientos con los que coger el tono físico. Estuvieron más de un mes sin competir por problemas propios y ajenos por el covid, y solo han podido disputar dos contiendas en lo que va de 2022.

Una enfermedad que empieza a dar una tregua al Baskonia, necesitado de victorias convincentes y con mayor asiduidad para asentarse de una vez en los puestos de play off de la ACB. Un obligado golpe de efecto para intentar limar esta áspera campaña.