Un clásico europeo entre dos rachas contrapuestas

«Realmente la necesitamos», aseguró Vildoza sobre una posible victoria antes de volar, todos protegidos del frío y del virus, hacia la capital rusa. Con ganas de reencontrarse con algunos de sus excompañeros –«quizás nuestras estrellas»–, el base argentino espera ocultar su respeto por los Hilliard, Voigtmann y James, de los que recordará que fueron los más destacados en el encuentro de la pasada campaña. Junto a Shengelia, forman toda una nutrida colonia de exbaskonistas que conforman, según Ivanovic, «uno de los mejores equipos».

Con la baja del base letón Janis Strelnieks, lo habitual desde que salió de El Pireo, se presenta un rival que acumula más derrotas de las que suele estar acostumbrado por estas fechas. La última, este mismo lunes en la VTB, a manos del Khimki. «Debemos jugar mejor. Este no es el nivel del CSKA», reprobó Milutinov, que sufrió los efectos de la inspiración de Greg Monroe (28 puntos, 10 rebotes y 33 de valoración). Marcó el camino para los Jekiri, Diop y Fall, que realizó uno de sus mejores partidos con Baskonia, sino el mejor, en el partido del Magasport en el mes de enero.

Los moscovitas venían de vencer con solvencia al Valencia y Panathinaikos en Euroliga, con un balance positivo de 4 victorias y 3 derrotas. Todo lo contrario que los vitorianos, que regalaron la victoria al Barça y mostró su peor cara ante Asvel antes de solventar el derbi liguero ante el Bilbao Basket. Su bagaje de 2 triunfos y 3 derrotas le obliga a reencontrarse enseguida con la victoria sino quiere que se abra una brecha con los 8 primeros clasificados.

Será el 42º enfrentamiento entre ambos, una rivalidad que se comenzó a fraguar en el diminuto Universal Sports Hall y, desde 2016, extendida al Megasport Arena. Un pabellón acorde al potencial del club e igual de inexpugnable que su antiguo feudo.

El balance azulgrana frente al ejército rojo roza el desaliento. 16 derrotas por tan solo tres victorias. La última, el 18 de abril de 2018 en el segundo partido del play off por entrar en la Final Four de Vitoria y 14 años después de la segunda. Por tanto, no se puede decir del CSKA que sea un anfitrión simpático, afable, amigo de sus amigos. Salir como vencedor es un desafío casi del tamaño de la caótica Moscú y del que el Alba de Berlín salió enfermo.