Calma para reflexionar
Pepe Laso
Martes, 17 de octubre 2017, 02:51
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Pepe Laso
Martes, 17 de octubre 2017, 02:51
Llega un momento en que tienes que parar. Los años, el cansancio y las lesiones te venían avisando. Te daba pena dejar de jugar. Menos mal que la certeza de que el destino de tu vida profesional seguiría ligada al baloncesto te tranquiliza. Ya en ... los últimos años de jugador, durante muchos momentos pensabas más como entrenador. El cambio te corre prisa, has acumulado tantas experiencias, entrenadores de todo tipo, unos a los que copiar desde la admiración, y otros con personalidades que jamás imitarías. Sabes por experiencia propia cómo funcionan las mentes de los directivos, has convivido con tantos, serios, folclóricos, todos buenos y malos. Conoces las debilidades de los medios con los que tantas veces has estado de acuerdo o no, pero al final has comprendido que no son tan amigos como a primera vista parecen, porque sencillamente aman su profesión y no van a perder su independencia por protegerte a ti.
Y te llega el momento de cruzar el puente y ver transcurrir el río baloncestístico desde la otra orilla. Qué diferente es todo, antes una derrota era una oportunidad perdida, casi siempre por culpa de los demás: el entrenador, los pivotes que no rebotean, el horrible equipo que tenemos etc..., todo terminaba en una cena y un entrenamiento de lunes de inusual tensión. Ahora piensas que solo has perdido tú, que tienes la responsabilidad de corregir todo lo malo en una semana, que dudas del jugador que hace unos días te parecía de lo más fiable, y que no solo tienen influencia los aciertos tácticos que tan bien conoces. Ahora se te escapan los motivos de por qué un jugador o el colectivo un día no quieren pelear.
Las dos técnicas de Fuenlabrada no fueron más que el reventón propio del estado en que se encuentra la cabeza de Prigioni en este principio de temporada tan inesperado. Lo primero, calma para reflexionar sobre los motivos del bajo rendimiento de su plantilla; después, manos a la obra con determinación, sin cambiar el guión que tenga previsto para afrontar el reto de entrenar a un equipo durante la temporada que esta comenzando.
El baloncesto europeo es todo menos especulación, los partidos que hemos visto en las primeras fechas han tenido la temperatura propia de ‘play off’, tanto es así, que comprendo que algún exNBA diga que prefiere aquella competición a las nuestras. Esta circunstancia ha pillado a Pablo con el pie cambiado, sus jugadores salen a especular en los primeros compases de los partidos, recibiendo parciales inasumibles. Todo se trastoca y lo que debe ser una dura pelea utilizando racionalmente a sus efectivos se convierte en un entrar y salir más propio de la desaparición que de la rutina táctica. Primera necesidad, priorizar a los jugadores ardientes, capaces de defender, correr y sufrir para, desde esa premisa, ir formando un equipo sólido. Nada técnico ni táctico es valorable sin esta asignatura aprobada con nota. El club sabía que fichaba un entrenador inexperto, por lo tanto deberá apoyar al máximo su trabajo; el público, tolerante como siempre ha sido con el entrenador. La temporada está en sus comienzos, solo falta para que el equipo funcione que los jugadores lleguen a la hora a los partidos.
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