Entre la reválida y la rampa de salida

La campaña del Baskonia, aseada en su parte final, ha sido decepcionante. Solo ha cumplido uno de sus tres objetivos después de su última reconstrucción, que ha deparado demasiado cemento y pocos pilares. La ilusionante reconfiguración de la plantilla, con siete de doce caras nuevas, no ha alcanzado todo su potencial y ha exhibido más carencias que fortalezas.

La inferioridad bajo los aros no solo ha sido manifiesta ante un gigante como Tavares, sino una debilidad crónica que no le ha permitido progresar. Primero Dusko Ivanovic y después Neven Spahija han adolecido también la figura de un base que lograra involucrar en el juego al resto de sus compañeros así cómo la química de un vestuario con un ambiente viciado por los numerosos mazazos recibidos a lo largo del curso.

Son tres aspectos que tiene anotados la dirección deportiva del club y que van a influir a la hora de activar la puerta giratoria de entradas y salidas. Granger tiene todas las papeletas para ser el primero en abandonar Vitoria. Con contrato para una temporada más, el club se guardó una opción de corte que se dispone a ejecutar antes del 30 de junio. De no seguir en el club, la intención del charrúa es continuar en la ACB y un regreso a Málaga podría ser su destino. Por el contrario, como ya adelantó ayer este periódico, el Baskonia va a intentar retener a Baldwin, al que le presentará una oferta de renovación en los próximos días, con la posición de fuerza de darle estabilidad para mejorar en su juego frente al interés de otros equipos más potentes.

Otro tema candente en las oficinas del Buesa es la situación de Rokas Giedraitis. En el que sería su tercer año en el Buesa, su vínculo ascendente (superaría los 750.000 euros) y su discreta temporada en el puesto de escolta invitan a tomar cartas en el asunto. El jugador tiene cartel en Euroliga y podría ser susceptible a una posible venta, sin descartar una renegociación de los términos contractuales. El pilar del juego exterior está reservado para Simone Fontecchio, atado hasta 2024 y que, salvo por la llegada de una suculenta oferta de la NBA, volverá a ser uno de los referentes. Implicado como pocos, jugó infiltrado en el tobillo las series ante el Valencia Basket y el Real Madrid.

Más dudas hay con Marinkovic. También con dos campañas más en vigor, se debate entre gozar de una segunda oportunidad y la rampa de salida. El serbio no tiene opción de corte y el club deberá indemnizarle o llegar a un acuerdo con otro equipo en caso de no contar con él. También con la etiqueta de transferible aparece Alec Peters. Activada su renovación por una temporada más, es uno de los llamados a colocar en el escaparate de cara a posibles operaciones de traspaso. El Baskonia cerró el verano pasado sin ninguna venta de jugadores, la tendencia habitual para cuadrar el presupuesto y que valora retomar para ganar liquidez para fichar.

Pese a volver a ser intrascendente en los últimos meses, el club le ha reiterado a Sedekerskis su confianza. Tras renovar el verano pasado hasta 2024, su continuidad se da casi por sentado lo mismo que la del cumplidor Costello, vinculado también hasta el mismo año. En el caso de Enoch, su talento incipiente le puede convertir en uno de los protagonistas del verano azulgrana.

El interés de la NBA (cláusula de salida de poco más de 500.000 euros) es férreo por parte de los Orlando Magic además de alguna otra franquicia, pero la volatilidad del mercado norteamericano le invita a esperar al menos hasta el final de la Liga de Verano (17 de julio). Por otra parte, el Baskonia le ha transmitido que le gustaría seguir contando con él en su segundo y último año acordado y que rechazará las posibles ofertas que le pueden llegar de otros equipos de Euroliga.

Su compañero en la pintura Wetzell, dispone de una opción de corte a la campaña adicional que firmó a su llegada a mediados de abril, pero su situación no es primordial en estos instantes y se resolverá más adelante. Por último, los canteranos, Kurucs (2023) y Raieste (2024), tampoco tienen garantizada su continuidad y es posible que uno de los dos salga cedido (más opciones para el letón) tras dos años sin apenas oportunidades en el primer equipo. Este es el boceto inicial con el que parte la entidad de Zurbano y que estará sujeta a la disponibilidad económica y a las oportunidades de mercado que ya empieza a tantear.