Baskonia 82-89 Real Madrid

El Baskonia agota sus vidas

Un triple de Hezonja (80-87) dentro del último minuto colocó la estaca del quinto equipo visitante que asalta el Buesa Arena en lo que va de curso en 14 partidos de la ACB. Las derrotas se han sucedido porque el Baskonia comete errores sin parar desde el partido inaugural contra el Andorra, a menudo por falta de intensidad y otras veces porque no puede como pasó ante el Real Madrid. De nuevo, comenzó obtuso, atropellado y totalmente desacertado. Con dos bases de corriente guadianesca (todo el equipo sumó sólo 11 asistencias), un juego interior árido en ataque y con una amenaza exterior corta. Para colmo, Howard cayó lesionado de la rodilla izquierda en el segundo cuarto y no volvió a jugar.

Cuando tiene todo en contra es cuando el Baskonia mejor juega. De nuevo sin efectividad triple (2 de 10 al descanso por el 7/14 de los blancos) ni en el tiro libre (5 fallos en la primera mitad) que permitieron a Chus Mateo dosificar a sus mejores piezas. Pero la escuadra azulgrana se agarró como un clavo ardiendo a su rebote ofensivo. Era una premisa clara cada vez que el balón rebotaba en el aro. Los de Laso acudían como felinos para lograr vidas extras.

En un partido falto de continuidad y con más imprecisiones que acciones de talento, el Baskonia encontró un oponente que dependía igual o más de su quinteto principal. Por primera vez en muchos años, el fondo de armario de blancos y azulgranas parecía equilibrado. Una bendición para una segunda unidad que respondió con creces. Cabarrot, Samanic, Rogkavopoulos y el impacto defensivo de Diop, que le tiene tomada la medida al Real Madrid, compensaron la inspiración de un Musa que se fue hasta los 29 puntos.

El 9-2 de salida en el segundo cuarto y al fin el primer triple azulgrana en el minuto 18 situaron a los vitorianos a tiro de piedra (35-39). La casi seguridad de que una de las dos últimas plazas para acudir a la Copa dependía del triunfo afiló el colmillo a los azulgranas, pero no lo suficiente para mantener el rigor defensivo que exigen hombres como Musa o Campazzo, que en apenas un minuto estiraron el marcador antes del intermedio.

La película fue la misma en el tercer cuarto. Con Campazzo, Musa y Hezonja, los de Chus Mateo cambiaban el ritmo (45-59, min. 25). Sin ellos, y un Baskonia ya sin Howard y Moneke, enfermo, los azulgranas revivían. Otra vez a cuatro puntos (72-76, min.34), con Rogkavopoulos tirando del carro y las apariciones estelares de Samanic y Cabarrot. Pero los golpes de más autoridad eran de los blancos, con la fortuna de cara en los minutos finales y el control del rebote recuperado con Tavares y un servicial Abalde y un Diop sentado en el banquillo.

Con 78-82, a falta de dos minutos, al galo se le escapó un rebote muy disputado que estuvo cerca de atrapar y se le señaló una falta dudosa sobre el base argentino. Forrest acortó distancias, hasta que Hezonja dejó la Copa a un milagro de distancia. Hay que ganar tres partidos (Coruña, Girona y Breogán) por muchos puntos de ventaja y esperar tropiezos divinos antes de que las matemáticas certifiquen el fracaso.