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El Baskonia que defraudó en la última Copa del Rey ha dado paso a una versión en la que, ante todo, prima la eficacia. El primer duelo tras la cita copera se saldó con derrota continental en la cancha del Barcelona. A ... partir de ahí, la escuadra vitoriana ha sabido reconstruir su ánimo y abonarse a los resultados positivos. Ha cumplido con su obligación en la arena europea con un trío de triunfos en casa ante el Zalgiris, Khimki y Buducnost y ha sorteado dos compromisos en el frente doméstico contra el Unicaja y el Breogán. La racha va de cara y el Kirolbet tiene esta tarde la oportunidad de sumar su sexto triunfo consecutivo. Llega al Buesa Arena el Iberostar Tenerife, un equipo que tiende a ser sinónimo de complicaciones. La escuadra de Vidorreta ya superó a los vitorianos en el duelo de la primera vuelta disputado en territorio tinerfeño (70-63) y ya no es un invitado inesperado a las quinielas por definir el cuadro de los play off por el título liguero. Además, irrumpe en la fortaleza de Zurbano con el ánimo fortalecido tras haber consumado una remontada épica en la eliminatoria de octavos de la FIBA Champions League ante el Promitheas Patras griego.
Sobre el papel, el Iberostar Tenerife bien puede ser un equipo que dé guerra esta tarde en el Buesa Arena. Vidorreta no podrá contar con una pieza de calidad en su perímetro como Javier Beirán mientras mantiene en duda el concurso de Nicolás Richotti. Los contratiempos físicos no son patrimonio exclusivo del Baskonia, que ayer tuvo que realizar el movimiento lógico de reinstaurar la ficha de Patricio Garino, que ocupa el puesto de un Matt Janning que afronta alrededor de seis semanas de baja.
La terna de caídos en combate en las filas vitorianas es de lujo, con Granger y Shengelia en plena recuperación para reaparecer en una fecha indeterminada de abril. Eso si acompaña la fortuna, no median contratiempos y se evitan prisas. Hasta que llegue el día en que el Baskonia pueda hacerse la foto al completo, toca caminar bajo mínimos y rezando alguna que otra plegaria para que nadie más sufra alguna avería. En su día, el Baskonia renunció a fichar para elegir el camino del sufrimiento hasta el retorno de los lesionados. Sin Janning, pieza solvente del perímetro, el camino es todavía más tortuoso, aunque también obliga a otros compañeros a tomar responsabilidades. Garino ya cumplió ante el Buducnost y Hilliard puede encontrar algún día esa veta anotadora que no termina de explotar. Tampoco es que haya más opciones. A no ser que Tadas Sedekerskis o Miguel González se transformen de una vez en piezas útiles para dar, al menos, revelos de cierto nivel.
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