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El mundo se equivoca. No hay fracaso tras la derrota. Por eso es absurdo aventurar consecuencias si el Baskonia no reacciona mañana en Zaragoza y le da la vuelta a una eliminatoria que se le ha puesto muy cuesta arriba. Ya pasó otras veces y ... el mundo no se acabó. Vencer es solo la consecuencia de completar la derrota, que en su primera acepción en castellano no significa otra cosa más que vereda o senda de tierra.
La de los azulgrana no andaba tan embarrada desde 1999. Ha caído otras cuatro veces en cuartos de final desde entonces, pero no perdía un primer partido de la serie, como local, desde hace 20 años. Fue contra el Estudiantes 67-75, cuando se disputaban a cinco partidos, en la época dorada con Pepu Hernández a los mandos de los colegiales. Antes le había pasado contra el Manresa. En 1995. Lo entrenaba Maldonado. Y el triunfo se fugó del Buesa pese a anotar 95 puntos. Claro que los catalanes hicieron 103. Con prórroga. Laso y Perasovic estaban en activo. El croata completó los 45 minutos para irse a los 31 puntos. El hoy entrenador del Madrid repartió 12 asistencias y terminó eliminado por faltas.
Lidiaron contra el mito de la longevidad. Con 26 puntos (4 de 5 en triples; 6 de 6 en libres) y 8 rebotes, Joan Creus se fue a los 33 de valoración. Andaría ensayando para la Copa que ganó al curso siguiente y la Liga del 98. El mazazo fue solo ruido. Unos días después, los de Manel Comas vencían en el Nou Congost, 64-67, para igualar la eliminatoria. No pregunten lo que pasó al final.
El Kirolbet inició el jueves su trigésimo sexto play off. No ha faltado a ninguno desde que se estrenó la ACB en la temporada 1983-84. En los 35 cursos anteriores disputó ocho finales -ganando tres- y se quedó 14 veces en los cuartos de final.
La última vez que se torcieron los derroteros fue en 2015. El Unicaja de Joan Plaza, con factor cancha, superó a un Baskonia en el que Ibon Navarro trató de enderezar el mal rumbo inicial con Crespi. Se perdió 2-1, salvando el match ball de Zurbano. Menos suerte tuvo Sergio Scariolo la campaña anterior. El Barça de Xavi Pascual los barrió, 92-87, en el Palau y 71-95 en el Buesa. Claro que ese fue el segundo partido y no el primero.
En realidad, los antecedentes no sirven absolutamente para nada. Solo cuenta el aquí, el ahora y lo que la plantilla sea capaz de demostrar sobre las tablas del Príncipe Felipe. No obstante, da idea sobre el rumbo -sinónimo de derrota en la náutica- de un club.
En la actual década, las tres tempranas eliminaciones comenzaron en 2013. Con Tabak, que ganó los primeros 17 partidos tras heredar la plantilla de Ivanovic, perdiendo el desempate en casa contra aquel Gran Canaria en el que Pedro Martínez enseñaba a jugar al baloncesto a un joven Walter Tavares. En 2014 (Scariolo) y 2015 (Crespi-Navarro). Tiempos revueltos tras nueve campañas seguidas en semifinales o la final.
Al año siguiente llegó Perasovic por segunda vez. Los cuartos fueron duros, de nuevo con Gran Canaria, pero venciendo ambos partidos como local se pasó a unas semifinales en las que el Barcelona no tuvo miramientos. El primer play off con el croata, en 2006, se le había dado mejor. 3-1 en cuartos -aquella vez al mejor de cinco- contra el Girona y escobazo al Barça en semifinales (3-0). La liga la ganó después el Unicaja de Málaga.
103 puntos logró el Manresa hace 24 años cuando ganó tras una prórroga en el Buesa en el primer duelo de una serie de cuartos
Con Laso como base. Los 24 puntos y 8 rebotes de Creus pesaron más que los 31 tantos de Perasovic, que jugó los 45 minutos
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