Se puede recurrir al pozo profundo de sabiduría a pie de calle que supone el refranero o a los expresiones comunes que todo lo aclaran. La fatal derrota azulgrana el pasado domingo en la, teóricamente, cómoda visita del Girona (92-96) vino a recordar la ... famosa rotura del cántaro de tanto ir a la fuente o el hecho de jugar con fuego. Los dos duelos domésticos anteriores ya habían advertido sobre el peligro de otorgar rentas amplias a los adversarios por las deficientes puestas en escena.
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Ocurría que el Baskonia confiaba siempre en la capacidad de solventar los compromisos mediante la inercia del equipo grande y su capacidad dilatadora de los encuentros para que le quepan las reacciones. Howard hubo de vestir la capa de superhéroe, como tantas otras fechas, para abatir al Breogán mediante el triple que le valió al bloque alavés su única ventaja en toda la matinal (76-74). Y en la jornada siguiente resolvió el grupo de Dusko Ivanovic el viaje a la casa del colista (94-101) después de apurarse justo antes del intermedio para reducir los daños (57-48) de otra defensa muy mejorable.
Derrotas en la ACB (Murcia, Andorra, Gran Canaria, Obradoiro, Real Madrid, Valencia y Girona) tras malos arranques
Caídas por el mismo motivo en la Euroliga: Virtus, Milán, Valencia, Zalgiris, Efes, Maccabi y Real Madrid
Hay que reconocer el peso abrumador de un calendario que afecta a todos los clubes que simultanean Euroliga y ACB. Ya declaró Joan Peñarroya en su momento que no existía torneo más diabólico que el resultante de ambas competiciones. Es cierto que se le acentúa el problema a una plantilla corta, la del Baskonia, para atender dos frentes tan severos. Al salvaje campeonato continental se une el doméstico que observa el crecimiento de una clase media sin el agobio de los hasta tres partidos cada semana.
A partir de ahí puede entenderse el cansancio de un grupo, el azulgrana, con el depósito de la energía en la reserva. Algo que niega, aunque cada vez en voz más tenue el mariscal, quien sí se lamenta por la mentalidad quebradiza con la que sus soldados acometen ciertos enfrentamientos. Y en este sentido cabe hablar de demasiados arranques condescendientes pagados a un precio muy caro.
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Un repaso estadístico a los ¡71! duelos que ya ha cumplido el bloque alavés indica que sólo ha podido enmendar la tercera parte de sus inicios desalentadores. Mejor parado salió en la Euroliga, cuando ganó cinco de los doce encuentros a través de esfuerzos suplementarios con los que solucionar sus malos arranques. Lo logró en Villeurbanne, contra el Fenerbahce pese a meter diez puntos en el primer cuarto, remontando once tantos al Panathinaikos tras el descanso, diez después del primer cuarto en Belgrado (Estrella Roja) y los mismos en idéntico período del WiZink Center.
Al Baskonia sólo le resta el ámbito doméstico. Y con la necesidad de vencer al Murcia y en Madrid, además de aguardar un tropiezo del Manresa, seguro que maldecirá nueve puestas en escena flojas que le han deparado siete derrotas. Tanto en Murcia como en Andorra, última cita de Peñarroya, calcó el 38-24 en el intermedio. Se quedó en ocho míseros puntos al término del primer cuarto contra el Gran Canaria, recibió 27 en Santiago, 35 durante la visita del Real Madrid, perdía 62-34 en Valencia (primera parte) y el Girona le coló nada menos que 37 (acto inicial) en la puntilla del domingo. Ojalá no haya que repasar estas cuentas.
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