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Giedraitis trata de superar a López-Aróstegui en el amistoso del martes. alberto nevado

El Baskonia necesita al Giedraitis de la primera campaña

La 'cohabitación' con Fontecchio diluyó al alero lituano, que la próxima temporada tendrá a Dani Díez como compañero en el puesto de 'tres'

Jueves, 18 de agosto 2022, 00:23

La afición baskonista que presenció anteayer a través de las pantallas el amistoso preparatorio para el inminente Eurobasket entre España y Lituania (77-82) seguiría con cierta lente de aumento las evoluciones sobre el parqué de Rokas Giedraitis. Apenas caben dudas sobre la jerarquía del ... alero azulgrana en el combinado báltico, como así demuestran las evidencias de que partió en el quinteto titular y también disputó los minutos más calientes del último cuarto. Eso en un equipo que disfruta desde la larga distancia porque el lanzamiento exterior es una de sus señas irrenunciables de identidad, pero con dos referencias por dentro de primer orden como los 'NBA' Domantas Sabonis, el hijo del zar Arvydas, y Valanciunas.

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Pues bien. El encuentro que firmó el 'tres' del club vitoriano recuerda mucho a su segunda temporada en el Buesa Arena. La imagen de un rematador con menos protagonismo en torno a la pelota que el estelar hombre de la primera campaña. Giedraitis llegó a la capital alavesa tras sobresalir en el Alba a las órdenes de Aíto García Reneses y convalidó junto a los humedales de Salburua los informes de alto valor que manejaba el Baskonia. El impacto de Rokas fue tal que al término del ejercicio se vio a las puertas de la NBA. De hecho, la entidad azulgrana maniobró en el mercado para pescar en el mismo caladero berlinés a quien habría de sustituirle, Simone Fontecchio.

Pero la 'cohabitación' con su compañero italiano no se cobró los réditos esperados para el club de Betoño y, desde luego, tampoco le benefició a él. El carácter convulso de la campaña dificultó aún más el papel de Rokas. Mientras Dusko Ivanovic recurrió con relativa frecuencia a la fórmula de los dos bases juntos, Neven Spahija unió sobre la cancha a los dos aleros de rango mayor. Sólo que el desplazamiento del lituano al puesto de escolta diluyó progresivamente su papel en el equipo. El hombre con la mirada del huskie se sintió alejado del balón, menos protagonista o más actor de reparto y recorrió kilómetros por la línea de fondo para apostarse en las esquinas. Su volumen de tiros bajó tanto que en algunos duelos ni siquiera miraba el aro.

El nivel competitivo cada vez más elevado, especialmente al hablar de la Euroliga, requiere de la mejor versión de Giedraitis (la 1.0 de su curso inicial) para que el cuadro alavés levante asimismo su propio listón. Necesita al 'tres' que se trajo de Berlín para refrendar todas sus virtudes aquí en su primer ejercicio como azulgrana. La imagen proyectada de una auténtica piedra angular y determinante, no la pintura diluida de su segunda campaña baskonista. La que cumplió después de no haberle convencido los escarceos con la NBA a falta de definirlos en un proyecto concreto.

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El algodón estadístico

Cierto que las estadísticas no cuentan toda la verdad y, sin embargo, tampoco mienten en un deporte tan proclive a las casillas de Excel. Al término de la 20-21, el exterior lituano firmó promedios de 13,2 puntos en la ACB para bajar a 10,7 en la 21-22, moviéndose en el 36% de acierto triple. Enfocando el frente continental, sus números de la Euroliga también descendieron de 12,7 a 11,1 puntos por noche y un 40% en triples con menos lanzamientos.

Tal vez la marcha de Fontecchio a Utah devuelva la versión deseada de Rokas. Claro que disponer de ambos suponía un lujo al alcance de pocos rivales, pero la fusión no surtió el efecto querido en Giedraitis. La próxima temporada compartirá vestuario con Dani Díez, un buen alero sin el peso específico del nuevo jugador de los Jazz.

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