Baskonia 94-86 Baxi Manresa
El Baskonia abraza el moderno atajo del tripleSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Baskonia 94-86 Baxi Manresa
El Baskonia abraza el moderno atajo del tripleNo caben dudas de ninguna clase acerca de la profunda transformación del baloncesto desde el imperio casi absoluto del triple. Los chavales de antes soñaban con reventar el aro a base de colgarse de él como, para mala ventura azulgrana, hizo Blossongame el viernes a ... la hora de la pastilla inductora del sueño. Desde el poderoso influjo del arco pintado sobre el parqué y con la rendida admiración que genera la puntería sobrenatural de Stephen Curry en la NBA anotando desde lugares insólitos, las criaturas de ahora sueñan con rangos de tiro paranormales. Y tanto los técnicos como los jugadores de hoy consideran que el acierto desde la lejanía es el atajo más corto para abatir rivales. Fintas, penetraciones y balones abiertos a pistoleros apostados en las esquinas.
Baskonia
Miller-McIntyre (11), Marinkovic (11), Díez (10), Sedkerskis (5), Kotsar (0) —c. inicial—, Mannion (2), Raieste (3), M. Howard (9), Chiozza (3), Costello (17) y Moneke (23).
94
-
86
Baxi Manresa
Taylor (6), Badio (20), Sagnia (14), Robinson (10), Oriola (0) —cinco inicial—, Williams (12), Steinbergs (3), Geben (3), Valtonen (6), Coulibaly (3) y Dani García (9).
Parciales. 29-12, 22-29, 18-19 y 25-26.
Incidencias. Un total de 7.246 espectadores presenciaron el partido en el Buesa Arena.
Desde luego, el Baskonia abrazó toda la tarde la modernidad. Primero para gobernar el partido mediante un monólogo autoritario y sin margen de réplica visitante (42-19, minuto 14) con el truco de rememorar pasajes del curso anterior. Recordarán aquellas veladas de vino ambientado por la fragancia de las rosas a cargo de un ejército efervescente de tiradores a la carrera. Pues el primer tercio frente al bloque catalán tuvo mucho de aquel pretérito ensoñador en ataque. Buenas circulaciones de la pelota y precisión quirúrgica para sajar en canal al oponente del Bagès.
Noticias relacionadas
Ángel Resa
Jon Aroca
Era tal la jerarquía azulgrana sobre su adversario que casi nada incitaba a pensar en la revuelta posterior. El Baxi que no colaba un misil aéreo ni en el cráter de un volcán se percató de que la modernidad de comer una y contar tres también le atañe. Así que entre Williams para abrir fuego más Badio y Sagnia después se acercó de forma poco recomendable para los intereses vitorianos (71-66, minuto 33). Usando la misma catapulta que había propulsado al equipo de Dusko Ivanovic. Exactamente una fotocopia del modo que empleó el cuadro alavés en bañarse por fin en las aguas termales de la tranquilidad (90-76, minuto 39). Calzando las botas de tres leguas.
El fin justificaba este domingo los medios elegidos para alcanzarlo. Se trataba de un duelo fundamental para acercarse al primer objetivo cronológico e ineludible de esta campaña, el acceso a la Copa de Málaga. Sin disyuntivas que valgan, un duelo de sí o también que parecía sentenciado desde la fluidez ofensiva, la puntería y la seriedad atrás en un tercio inaugural pluscuamperfecto. El Manresa de dos viejos conocidos, el recurrente Pedro Martínez y su colaborador Salva Maldonado - técnico azulgrana en el siglo XX- apenas se sostenía en pie ante el alud local. El arranque de Marinkovic, la irrupción contundente de Costello -autor de un primer tiempo soberbio- y las mirillas telescópicas hablaban de un Baskonia sobrado, abusador y solvente.
Sólo que el deporte, como la vida, actualiza a cada momento la teoría del péndulo. Así que el Manresa incapaz de meter lanzamientos lejanos en todo el espacio interestelar le pidió prestados los apuntes al grupo azulgrana. Tras fallar ocho triples consecutivos le tomó el gusto a recitar la tabla del tres para morder la desventaja ante un Baskonia menguante, un conjunto alavés al que le empezaba a rascar un motor antes elegante y silencioso.
Afortunadamente, o más por los méritos contraídos en catorce minutos iniciales inmaculados, el bloque de Betoño pudo mantener la distancia de seguridad que tanto trabajamos durante la pandemia. Para ello se valió de virtudes propias y de inesperados regalos ajenos. A cada aproximación peligrosa del Manresa respondían los soldados de Ivanovic con piezas suplementarias de artillería. Triples sucesivos de Chiozza, de Howard, de Marinkovic, de McIntyre y de un Moneke al que se le han juntado las cuentas pendientes en apenas dos días. El viernes trató de reivindicarse, y pinchó en hueso, ante el entrenador que le sumió el curso pasado en la tristeza -y miren que resulta difícil- y este domingo se reencontraba con 'Pedro El Duro', su técnico hasta el verano de 2022 en el interior de Cataluña.
Y esta vez sí aprovechó para escribir el punto y seguido a su muy notable temporada en Manresa. Tras el descanso le tomó el relevo a Costello y firmó una reanudación espléndida en una jornada de triunfo obligado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.