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Iván benito
Miércoles, 13 de enero 2021, 21:53
El Baskonia se miró en los espejos de Estambul y no se reconoció. No hubo rastro del equipo que deslumbró hace una semana ante ... el líder de la competición o del que compite sin complejos en la mayoría de encuentros disputados hasta la fecha. Pero si algo tiene el arduo calendario de la Euroliga es que no te da tiempo a masticar los sabores de la victoria o la derrota.
Tras el varapalo sufrido contra el Fenerbahce, los vitorianos pusieron rumbo a Tel Aviv con la intención de terminar la semana continental degustando el plato gourmet que supone ganar en el Menora Mivtachim Arena. Aunque por muchos patrocinios comerciales que reciba, el pabellón del Maccabi siempre será recordado como La Mano de Elías. Mucho más acorde si lo que se trata es de infundir respeto. Un escenario de sobra conocido para los azulgranas, que han cimentado bajo sus faldas algunas de sus mejores hazañas históricas, fiel reflejo del fenómeno conocido como 'Carácter Baskonia'.
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El triple frontal de Bennet o el mate tremebundo de Poirier ya forman parte de una hemeroteca que ha visto ganar en siete ocasiones al Baskonia en Tel Aviv. La mayoría por la mínima, de la misma manera que está sufriendo el Maccabi esta temporada. Acumula ocho de las 11 derrotas por menos de 5 puntos de diferencia. La última, en la prórroga, 87-89 ante Olympiacos, volvió a evidenciar que la guarida israelí no es inabordable. Menos todavía con sus 11.000 asientos vacíos.
El equipo hebreo ha vuelto a dar un paso hacia atrás en su camino hacia la reconversión. Después de tener asegurada su presencia en play off la temporada pasada antes de la suspensión, este curso vuelve a encontrarse al fondo del atasco clasificatorio de los que buscan establecerse en la zona noble. El Maccabi se encuentra un peldaño por debajo del escuadrón que dirige Dusko Ivanovic, que deberá sacar las garras para aferrarse al tren de cabeza, a tan solo dos victorias de la quinta posición.
Semejante igualdad redobla la trascendencia del próximo compromiso. El objetivo en Tel Aviv es doble para el Baskonia. Primero, ganar el partido, lógicamente, ya que la clasificación no está para concesiones como la que le otorgó al Fenerbahce hace 48 horas. Y segundo, menos prioritario pero no menos importante, recuperar el average. El partido del Buesa, disputado hace apenas un mes, se saldó con derrota 63-67, un margen a tener en cuenta dado el precio de diamante en el que se va a fijar la puja por el play off.
La expedición vitoriana ha vuelto a alojarse en el mismo hotel de concentración desde el que vivió el entierro de la pasada edición de la Euroliga tras hacer un viaje en balde. Desde allí, Dusko Ivanovic reclamó al equipo «cambiar nuestra actitud» con respecto al último encuentro. «Porque no la tuvimos», acentuó. El montenegrino espera que su equipo recupere las señas de identidad ante un equipo «rápido y agresivo». «Las claves serán las mismas que ante el Fenerbahce. Tener pocas pérdidas, evitar que corran y jugar cinco para cinco».
El de Tel Aviv será el tercer destino de su gira antes de regresar a Vitoria para iniciar la segunda vuelta de la ACB. Se tratará de un fuerte contraste. De los más de 20º grados que disfrutan en la parte oriental del Mediterráneo a la gélida temperatura de la capital vasca. De blanco a negro. Parecidos a los que son capaces de generar Wilbekin y Henry, dos bases totalmente diferenciales con su parte de ángel y su parte de demonio. O como el Baskonia forzó la rendición de la racha de doce victorias consecutivas del CSKA para luego caer con estrépito en Estambul. En el equilibrio, está la virtud. Y el play off.
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