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El Baskonia se dispone a cerrar la segunda semana intensiva de la temporada, ese modelo que inserta dos partidos de Euroliga y uno de Liga ACB como postre dominical. Sin apenas tiempo para digerir resultados y sensaciones, el conjunto azulgrana ponía ayer rumbo a ... Santiago de Compostela, donde esta tarde espera al Monbus Obradoiro. Toca un último esfuerzo para cerrar la semana con una sonrisa y la que podría ser la octava victoria del Baskonia en el frente doméstico.
El duelo en tierras gallegas supone una vuelta a lo terrenal de la ACB después de las emociones vividas en los dos duelos ante el Armani Milán y Panathinaikos. De la angustia de caer ante los lombardos y ver comprometido su futuro en la Euroliga, el Baskonia pasó a recuperar el color con una victoria reconfortante frente a los griegos. Velimir Perasovic aplica las primeras medidas de urgencia para reconducir la nave mientras reza por que el calendario dé una tregua que permita introducir en el plan diario más sesiones de entrenamiento. La cadencia desde que el croata tomó el testigo del destituido Pedro Martínez ha sido la de ejercitarse lo justo, competir, recuperar y volver a hacer las maletas.
Ante el Obradoiro, llega la habitual prueba de concentración. El Fontes do Sar también puede ser hoy un buen escenario para indagar sobre los métodos de Perasovic respecto a la gestión del cansancio de su plantilla. En su llegada, la prioridad era, y sigue siendo, recuperar el pulso ganador en ambas competiciones, costase lo que costase.
El estado de emergencia ha llevado al croata a elegir a los que más capaces veía, tanto en lo mental como en lo baloncestístico, para reconducir la situación. Ahora, el Baskonia llega a Compostela con un reparto desigual de fatiga y desgaste. Hay hombres como Vildoza, Hilliard, Janning, Shengelia o Poirier que se acercan a 25 minutos de juego por partido desde que 'Peras' ha tomado el mando. Mientras, otro grupo de jugadores ven recortado su protagonismo. Le sucedió a Huertas tras la reincorporación de Granger, pero también Garino y Diop, ambos relegados a la cola de la rotación y con una baja porción de minutos. El Baskonia no tuvo otro remedio que esprintar cuando el balcánico tomó el volante. Sin embargo, la suya es una carrera de fondo, donde es conveniente dosificar los esfuerzos y no romper el hilo de la confianza en jugadores que, un domingo cualquiera, pueden salvar un partido. Tampoco es que el Obradoiro viva un momento pletórico. El equipo de Moncho Fernández presenta un balance de cuatro derrotas en los últimos cinco partidos y, además, también tiene sus propios problemas de enfermería. De cara al duelo de hoy, Pepe Pozas no podrá coger los mandos debido a un desprendimiento de retina y el alero Kendall Stephens también es baja por una fisura en el dedo de un pie.
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