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La etapa de Landry Nnoko en la disciplina azulgrana ha llegado a su fin de la manera más triste. Apartado del equipo primero y despedido después, ya de forma oficial según ha comunicado el Baskonia tras «alcanzar un acuerdo de desvinculación» entre ambas partes y ... sin el formalismo de desearle la mejor de las suertes. El expediente disciplinario abierto al jugador antes del último partido contra el Barcelona ha sido la gota que ha colmado el vaso, tal y como adelantó este periódico, y ha terminado por romper el frágil hilo de confianza entre la entidad azulgrana y el pívot camerunés.
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Durante sus cinco meses de estancia en Vitoria, Nnoko ya había sido reprendido en varias ocasiones por el club por su actitud, aunque la punta del iceberg llegó en la última semana. Tras la debacle de Zaragoza, donde solo actuó durante cuatro minutos y vio toda la segunda parte desde el banquillo, decidió no presentarse a entrenar al día siguiente. Tras regresar de la capital maña sobre las cuatro de la mañana, el pívot optó por quedarse en casa durante la sesión programada a las cinco y media de la tarde.
Una sentencia provocada por la querencia del pívot por salir del club. Su protagonismo se ha ido reduciendo notablemente con el paso de los partidos hasta quedar en un papel residual. La idea del camerunés y su agencia de representación era quedar libre y firmar por otro equipo de Euroliga, pero esa ventana de traspasos se cerró con el inicio de la segunda vuelta el mismo miércoles en el que Nnoko no acude al Buesa Arena para entrenar.
El Baskonia, que no veía con malos ojos su salida, no dio el paso al frente debido a los problemas manifiestos con los que se ha encontrado a la hora de encontrar un sustituto. El mercado de agentes libres es escaso, en la NBA no hay descartes debido a la falta de jugadores sanos por la pandemia, una circunstancia que está animando a muchos jugadores a tratar de hacerse un hueco en la competición estadounidense o en su liga de desarrollo.
Con las ligas asiáticas en marcha, las opciones se reducen a los equipos de Champions y Eurocup con alguna cláusula de salida o jugadores sin equipo, siempre con el arriesgado factor sobre su estado de forma y la necesidad de que ofrezca un rendimiento inmediato a estas alturas de la temporada. Esperar al cierre de mercado norteamericano, a finales de febrero, no parece una opción dado que el club pretende que la posible incorporación dispute la Copa del Rey (en caso de clasificarse) a pleno rendimiento.
Una ardua labor en la que la dirección deportiva deberá afanarse una vez oficializada la rescisión de Nnoko. Con el regreso de Alec Peters, la batería interior en la queda formada por el de Illinois, Costello y Enoch, más las aportaciones de Sedekerskis y Fontecchio. Dinámica, pero corta de centímetros y escasa del músculo que exige la competitividad de la Euroliga. El Baskonia se mantiene atento al mercado de hombres altos con vistas a la incorporación de una pieza atractiva y asequible que mejore al poste camerunés, con mayor capacidad de intimidación y consistencia defensiva.
La reposición total del juego interior el pasado verano no ha dado los frutos esperados y el club busca un revulsivo en su pintura. Nnoko arrancó como el pívot titular y con una pretemporada ilusionante. Su llegada fue una apuesta de Dusko Ivanovic a la que el club accedió en los compases finales del mercado. El montenegrino, que estaba contento con el rendimiento de Jekiri y quería su continuidad, veía en el camerunés el sustituto ideal del nigeriano, que puso rumbo a Kazán con una mejor oferta económica.
En los diecisiete encuentros de Euroliga que ha disputado, sus promedios son de 5,4 puntos, 4,5 rebotes y 7,5 de valoración. En la ACB firma 6,2 puntos, 4,4 rebotes y 6,6 de valoración de media en trece asaltos, quedando relegado en dos. Uno por una ausencia justificada en el entrenamiento previo y otra por decisión técnica en el último partido de Ivanovic. Según diversas fuentes, ahora seguirá su camino muy cerca de Vitoria, en el San Pablo Burgos.
Procedente del Estrella Roja como MVP de la final de la Liga Adriática, firmó por tan solo una temporada en la que no ha demostrado ser el jugador que dijo en la presentación. «Soy de los mejores pívots cerca del aro». Sin embargo, no es motivo suficiente para despedir a un trabajador con contrato. Las rupturas nunca salen gratis en el negocio baloncestístico, aunque la evasión de sus obligaciones como jugador han podido beneficiar los intereses de una entidad vitoriana que vuelve a vivir un episodio turbulento con la potente agencia de representación que lidera Misko Raznatovic.
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