El Baskonia compra músculo interior a falta de puntos

Así que el club vitoriano ha comprado músculo que añadir a la versión 2.0 que pretende de Khalifa Diop tras un primer ejercicio desalentador por rendimiento, primero, e intervención quirúrgica después. El fichaje de Donta Hall arma una batería atlética bajo el tablero para su intento de competir con rivales de palabras mayores. Pívots como Mathias Lessort, quizá el emblema más significativo de cuanto se quiere en la Euroliga, marcan el camino del juego interior moderno. Tipos grandes muy móviles y duros que dictan las leyes dentro de las zonas.

Sin embargo, la actual estructura del cuadro alavés en esa parte del campo necesita a alguien que secunde la capacidad anotadora de Chima Moneke. De hecho, el 'cuatro' nigeriano aparece como el único manantial permanente de puntos entre los pívots del Fernando Buesa Arena. Segunda arma ofensiva del Baskonia, tras el incomparable Markus Howard, dentro del vestuario de Betoño. Sus casi quince puntos en veinticinco minutos, promediando ambas competiciones, lo explican todo.

Porque Hall mejora las prestaciones intimidatorias de Costello, pero no hereda las virtudes ofensivas del estadounidense con pasaporte costamarfileño. Los once puntos de Matt en veintidós minutos y su buena mano para el triple frontal viajan con él a Valencia. Donta es un poste fuerte que vive por encima del aro, un tipo que requiere las complicidades con los bases para hundir la pelota mediante el bloqueo y continuación o las asistencias aéreas. Y, en cierto modo, tampoco Diop (2,15 metros de poderío) se genera sus propios tiros.

La salida de Maik Kotsar, un jugador válido según sus recursos técnicos y notable visión panorámica que bajó su rendimiento el curso pasado después del de su prometedor debut, no afecta demasiado al capítulo anotador de la escuadra azulgrana.

Por supuesto que Pablo Laso dispondrá de un comodín, el de la llamada y también el del público, en su retorno a Vitoria veintinueve años después. Se trata, cómo no, de Tadas Sedekerskis. El capitán encaja en el esquema clásico de alero junto a dos pívots, pero también en el moderno de una referencia interior y ese 'cuatro' abierto que pueda dibujar espacios y percutir desde el arco.

El lituano –ocho puntos y medio en veintisiete minutos– acreditó un 41% de acierto triple en la ACB, pero no se espera de él que resuelva partidos con lanzamientos postreros. Una especialidad que abanderan Howard y Moneke en el seno del conjunto alavés. El báltico es un baloncestista total que aporta en abundantes facetas sin sobresalir con el estoque.

Mientras el club no firme alguna otra incorporación para el juego interior –la prioridad ahora se centra en contratar a un base– hay que tener en cuenta al joven senegalés Ousmane Ndiaye. Un chico de veinte años y 2,10 metros de estatura, reclutado hace dos años por las oficinas de Zurbano, que ya conoce la ACB tras su cesión al descendido Palencia. Hasta su lesión en enero, el longilíneo 'cuatro' africano firmaba en la ciudad castellana estadísticas de cinco puntos y cuatro rebotes en dieciocho minutos sobre el parqué.