Rafa Gutiérrez

Baskonia 104-100 X C.B. Canarias

Dos escoltas para garantizar la seguridad

El Baskonia abrocha con triunfo el  espectacular duelo ofensivo que eleva a Howard, Marinkovic y Moneke ante un Fernández soberbio

Domingo, 10 de diciembre 2023, 20:27

Quizá alguien tenga que detener a Ivanovic en el ánimo de que no se abra la cabeza a base    de golpes reiterados contra la pared tras contemplar la centena de puntos insulares. Relájate, Dusko, que tu equipo avanzó ayer la zancada imprescindible para acercarse a ... la Copa después de un duelo de altísimo nivel ofensivo que capta adeptos a la secta bendita de las cestas y de los puntos. Eso sí, a Dios lo que le corresponde, otro tanto a César y no menos al pensamiento del mariscal. El técnico azulgrana, según la letra del tango, cree que veinte puntos de renta apenas suponen nada y esta temporada de vaivenes emocionales vuelve a otorgarle la razón.

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Baskonia

Miller-McIntyre (7), Marinkovic (25), Díez (2), Sedekerskis (8) y Kotsar (11) -cinco inicial-, Chiozza (-), Rogkavopoulos (7), Howard (22), Diop (-) y Moneke (22).

104

-

100

Lenovo Tenerife

Huertas (12), Salin (-), Cook (5), Doornekamp (14) y Shermadini (13) -cinco inicial-, Fernández (27), Fitipaldo (7), Ristic (4), Sastre (4), Abromaitis (14) y López (-).

  • Árbitros Emilio Pérez Pizarrro, Joaquín García y Roberto Lucas. Eliminaron por faltas personales al visitante Doornekamp (min.40). Señalaron falta técnica al local Rogkavopoulos (min. 13).

  • Incidencias: 7.821 espectadores en el Buesa Arena.

Porque la incineradora ofensiva con sede en Betoño que ya trabajó el curso pasado a destajo tendía en el minuto 26 (74-57) a reventar de tanta producción. Los escoltas que garantizan la seguridad del equipo vitoriano - Howard y Marinkovic más la complicidad absoluta de Moneke- y junto a la intensidad atrás que distingue a los conjuntos de Ivanovic demostraban que existe la Europa de las dos velocidades. La que disputa una barbaridad de partidos del máximo nivel frente al sector continental que se toma los torneos inferiores a otro ritmo menor.

Y, sin embargo, el persistente Jaime Fernández que no cejó de rebelarse toda la tarde en una labor magistral, se negaba a enarbolar la bandera blanca. Superando desde el puesto de base percutor -excelente su verticalidad y determinación- a cada uno de los adversarios que se le colocaban por delante, tanto los naturales como los consecuentes de los cambios defensivos, recitó a sus compañeros el lema fundacional de Podemos. Tanto que como líder de un parcial devastador, 4-23 en seis minutos, el Tenerife del ya entonces presente Huertas llegó a situarse por delante (78-80 a poco de acabar el tercer acto).

Un ogro recurrente

Hay rivales, como el Tenerife, que obligan a rememorar pasajes inquietantes del pretérito cercano. En cuanto Txus Vidorreta se asoma por el Buesa Arena crecen las sensaciones de peligro. Aparte del Joventut, otro ogro recurrente dañó al Baskonia la campaña anterior. Precisamente el bloque de La Laguna que obligó a trabajar ayer, y hasta el mismísimo final, una victoria que se presumía sencilla despues de dos tercios de partido.

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En plena bacanal ofensiva para resolver el nudo argumental de un encuentro ya incierto surgierron actores ansiosos de ocupar porciones amplias de pantalla. A la perfecta sincronía de los dos escoltas locales para desguazar al oponente insular se unieron tipos valientes con ganas de figurar con letras de molde en los títulos de crédito. Sobre todo Marinkovic y Moneke con dos triples por barba cuando la tarde enfilaba la recta de tribunas, pero también Huertas y Abromaitis para acompañar al omnipresente Jaime Fernández. Un desenlace de burbujas, en teoría más propicio a los intereses vitorianos, que aceptó un Lenovo competitivo que también se jugaba unos cuantos números del sorteo para la Copa malagueña.

Mucho arrojo en ambos bandos en el afán de atacar el aro, fundamentalmente desde lejos, y dilucidar la riña a los puntos. O sea muchos, algo que gusta en las gradas y no tanto a los entrenadores que repiten el vocablo 'defensa' como las cuentas del rosario. La canasta en contraataque de McIntyre a poco más de un minuto para la conclusión (100-92) sonaba a fin de unas hostilidades que aún hubieron de esperar.

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Pocos deportes como el baloncesto admiten semejantes toboganes emocionales. En él funciona la teoría de la dilatación por la que todo cabe en cuarenta minutos efervescentes. Porque antes de que el equipo azulgrana certificase una victoria ajustadita flotaban sensaciones de cierta calma chicha.

Howard acababa de meter su quinto triple sin fallo, esa normalidad de lo extraordinario que el menudo escolta encarna, y Vidorreta llamó a consultas a sus hombres en el minuto 16 (43-36). Y el técnico bilbaíno condensó en un cónclave pleno de sentido común lo que todo el mundo sabe    a estas alturas de la película. «En los dos últimos que ha metido no se podía hacer nada. Son canastones». Acto seguido encargó a Álex López la ingrata labor de radiografiar cada centímetro cuadrado del rostro de San Markus. Una tarea que más tarde también encomendó a Fitipaldo para desempolvar la defensa clásica de 'caja y uno'.

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El tirador inaudito clavaba sus dardos repletos de veneno desde el bote o aprovechando los bloqueos indirectos para acelerar    en un segundo cuarto colectivo formidable (34-19) el ritmo más pausado que convenía al Tenerife bajo la batuta de su insigne director Fernández. En plena pugna de estilos se imponía el vivo del conjunto alavés, pero está visto que el cuadro insular se mueve con el cuajo y la veteranía de quienes conocen el oficio. Como Huertas y Shermadini, quienes algún día recordarán en sus hamacas bamboleantes cómo se la liaban tantas noches a demasiados rivales.

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