El Baskonia cae de inmaduro en el Martín Carpena (102-69)

Con 33 puntos de desventaja y un 'saco' de 102 encajados. Lo que se dice una bofetada en pleno rostro, un golpe al orgullo que solo queda mitigado por el hecho de estar en pretemporada. El Baskonia encajó un duro correctivo en su cuarto ensayo de preparación ante el Unicaja en un pabellón Martín Carpena bien nutrido de público. Entre poco y nada que hacer para una escuadra azulgrana que se topó con un rival inabordable, que se impuso en los parciales de los cuatro cuartos y que fue mejor en ritmo y armonía.

Nada extraño ante el perfil de ambos rivales, por mucho que la contundencia del resultado en contra fuerce un gesto de contrariedad. La memoria conversa los automatismos del pasado reciente en los equipos con una plantilla en la que prima la continuidad y que mantiene al mismo entrenador. Le sucede al Unicaja, con las lecciones de Ibon Navarro conocidas al dedillo y unos jugadores que se han reencontrado en la pretemporada sin apenas tener que contar bajas ni demasiadas incorporaciones. Mientras, el Baskonia casi todo es nuevo por mucho que sigan algunos de sus pilares. El manual de Pablo Laso aún tiene el celofán del material recién adquirido en vísperas del inicio de curso. Se intuyen algunos capítulos, pero resulta todavía imposible evaluar las posibilidades de la obra. En pretemporada, todo es relativo. Luego, en los amistosos de pretemporada no todas las decisiones técnicas están hechas para ganar el encuentro. Laso optó por mantener en el banquillo a Kamar Baldwin durante toda una primera parte en la que dio cuartel a los mandos a Trent Forrest y Joseba Querejeta.

Son los entresijos del rodaje, que también propician que otros jugadores permanezcan en cancha sin quela acumulación de errores imponga un cambio. Le sucedió también a Khalifa Diop, con síntomas de estar ajustándose a un ritmo de juego que, de momento, le supera en muchas situaciones, especialmente defensivas. No fue un pívot firme el senagalés. Difícil serlo a estar alturas de puesta a punto, aunque Donta Hall parece tener las ideas más claras y las bases más solidas. Habrá que equilibrar la fortaleza y la eficiencia de los dos 'cincos' de que dispone el Baskonia en plantilla para la campaña 2024-25.

El Baskonia perdió pie desde un primer cuarto que concluyó con un 24-15 ya revelador del diferente nivel de conjunción que presentaban ambos equipos. El plantel azulgrana se encasquillaba en ataque mientras el Unicaja encontraba la vía del triple a través de un dinámico movimiento de balón. La puntería de Kameron Taylor y Olek Osetkowski desde más allá de la línea de 6,75 ayudó a marcar diferencias a favor de los de Ibon Navarro. La fluidez en ataque que conserva el Unicaja es una virtud a la que el Baskonia aspira, aunque los automatismos aún están lejos de interiorizarse a la perfección. Nada grave ni irresoluble a falta de trese semanas y unos cuantos ensayos más para el inicio de la campaña. De lo visto en el Martín Carpena, se deduce que Markus Howard mantendrá sus privilegios ofensivos y que Tadas Sedekerskis parece haber trabajado en su lanzamiento triple durante la época estival.

Sin embargo, el Baskonia no logró encontrar argumentos suficientes para enderezar el rumbo tras su tibio arranque. Del 50-37 al descanso se pasó a un parcial de 33-19 en el tercer cuarto que llevó a Pablo Laso a sentarse con los brazos cruzados y gesto de masticar cristales. Era el apogeo de un Unicaja dominante a ambos lados de la cancha, implacable con el viento del acierto a favor y con una mayor pujanza muscular que los vitorianos.

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