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El Baskonia ya se había asomado al precipicio durante un último mes convulso, pero en la visita del Valencia tocó el fondo de la depresión ... geográfica con ambas manos. Las sensaciones de impotencia y debilidad frente al armado y dinámico conjunto levantino revalidaron la idea de que este cuadro azulgrana carente de solvencia puede caer frente a cualquier adversario. Así de nítido el diagnóstico, que tanto vale para la ACB como ajustable parece al mapa continental. Con mucho más motivo ante un oponente que enseña los sellos característicos de Pedro Martínez.
Es decir, ritmo de alto voltaje que sepulta a un grupo vitoriano con un par de marchas menos en la caja de cambios, lúcido y veloz movimiento de la pelota y tiros en cuanto se cobra la primera ventaja. Ni siquiera el maquillaje final anteayer, con intercambio de canastas en un duelo prematuramente desguazado, valió para esconder la distancia que ahora mismo separa a ambos equipos. El 50-79 mediado el tercer cuarto originó la música de viento procedente de las gradas.
2-9 Balance del último mes
en los once últimos partidos, con el apurado triunfo ante el Lleida y el holgado en Kaunas
El calendario abrasador sirve un promedio de once compromisos cada mes para los clubes que disputan la Euroliga. Pues bien, o mal en este caso, el Baskonia sólo ha ganado dos y perdido nueve. Se impuso pidiendo la hora al recién ascendido Lleida por un mísero punto y cuenta el éxito de su ultimo desplazamiento continental después de una feroz reacción para revertir la desventaja de dieciséis puntos antes de firmar una victoria holgada en Kaunas. El resto supone una letanía de misterios dolorosos con caídas contra Joventut, Gran Canaria, Zaragoza, Valencia, París, Barcelona, Efes, Mónaco y la feísima cornada que le acaba de proporcionar el Valencia. La que rubrica con pulso tembloroso el peor arranque doméstico de la entidad azulgrana desde hace 41 años. Una barbaridad de tiempo.
Aunque Pablo Laso anime a comprar los abonos para la Copa, cuesta un mundo pensar en clasificarse para la cita de febrero. La que concitaba el interés del baskonismo, la misma que ha metido seis títulos en las vitrinas del Fernando Buesa Arena. Cierto que hace falta remontarse hasta 2009 para localizar el último. Salvo milagro, la hinchada alavesa verá el campeonato del k.o. a través del televisor por segundo año consecutivo, cuando acudir al torneo del k.o. figura en los compromisos ineludibles de la tradición azulgrana. Duelen los ojos al ver la clasificación de la ACB. Balance de 3-6, decimocuarto en la tabla, con un triunfo de renta sobre el descenso y a dos de la octava plaza. El derbi vasco del próximo domingo en Miribilla sorprenderá al maltrecho bloque de Laso por detrás del Bilbao Basket, aunque igualados ambos en registros negativos. Reconforta algo mirar la correspondiente a la salvaje Euroliga. El 5-7 después de un tercio de competición sitúa al Baskonia a tiro del 'play in'.
La carretera anuncia curvas inminentes. Porque antes del corto viaje a Bilbao llega el Fenerbahce, colíder junto al sorprendente París de Tiago Splitter. El conjunto de Estambul cuenta sus cinco desplazamientos por victorias. Y el jueves retorna Laso a Múnich, equipo que marcha quinto con un registro de 8-4 y pleno de triunfos, seis, en su vertiente anfritriona. Semana de exigencia máxima justo después de la pésima imagen esparcida ante el cuadro de Costello.
3-6 En la ACB
El registro del Baskonia en la ACB, el peor desde 1982, que le sitúa con una victoria de margen sobre el descenso
El fiasco mayúsculo del domingo condensó todos los males azulgranas. Mejor no engañarse por los 91 puntos anotados, muchos de ellos en lo que los americanos consideran los minutos de la basura. Abuso del bote, pocos pases, escasos movimientos sin balón salvo los cortes redentores de un Sedekerskis que siempre se ofrece para solventar los apuros de los compañeros y la brújula averiada. Los treinta créditos de Forrest pueden conducir a conclusiones erróneas. Cierto que se trata de una valoración sobresaliente, pero la realidad habla de un base poderoso sin las dotes necesarias para procurar fluidez al conjunto.
Pero lo peor, siendo deficientes unos ataques sin hilvanar, alude a la parte de atrás, Absoluta permeabilidad en los unos contra otros y a la hora de contener el bloqueo y continuación taronja, condescendencia ante la puntería exterior visitante y suspenso en el balance defensivo. Algunas canastas del veloz equipo valenciano sorprendieron a tres jugadores locales sin alcanzar la orilla del campo propio. Unas fotos reveladoras.
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