El Baskonia busca seguir ajustándose en la Euskal Kopa ante el Bilbao Basket

Las pretemporadas castigan con más fiereza los fallos y desajustes, pero también dan oportunidades casi diarias. Apenas un día de descanso ha tenido la plantilla azulgrana antes de afrontar su segundo reto. Y, aunque su sabor quede difuminado por las circunstancias, sea con un trofeo en juego. Baskonia y Bilbao Basket se juegan esta tarde (Polideportido de Mendizorroza, 18 horas) la Euskal Kopa. No habrá pasacalles, apenas un tibio gesto de satisfacción, pero nadie quiere dejar escapar su primera final de la temporada. Y menos, cuando hoy, al fin, vuelve la afición -aunque limitada- a las gradas.

El derbi permitirá al Baskonia seguir calibrando su brújula. En apenas un par de semanas tendrá, ya sin red, la primera gran prueba de la temporada ante el Barcelona. Hoy podrá, ante un equipo renovado pero que evidenció el curso pasado que no entiende de jerarquías dentro de la pista, consolidar sus roles y automatismos. Una prueba sin la exigencia del botín de la competición, pero de la suficiente enjundia como para no plantearse otra cosa que dejar una sensación satisfactoria.

El partido contra el San Pablo permitió, al menos, mostrar las primeras cartas. De ellas, la que más brilló mostró fue la de un Rokas Giedriatis que, desde el minuto 1, oposita con los más firmes argumentos a ser el gran líder azulgrana. Con 20 puntos en 35 minutos -el que se lo gane jugará lo máximo desde el primer momento, pura doctrina Ivanovic- demostró ser ese alero letal que necesita el Baskonia. Buena mano desde el perímetro, pero un constante derroche de energía al servicio de la pizarra montenegrina.

A su estela, un puñado de nombres que también buscan causar su impacto. Jekiri lo hizo con sus rebotes -11, 7 de ellos ofensivos- y Peters con el desparpajo anotador que se le supone a un ala-pívot con alma y genes de tirador. Carrington, el menos acertado de todos en el debut, todavía debe encontrar su hueco en los esquemas azulgranas.

Para la Euskal Kopa no estará Youssoupha Fall, que sigue lesionado, y la presencia de Zoran Dragic será una incógnita hasta el final. Los interrogantes también se ciernes sobre Arturs Kurucs, ausente en la primera prueba. De ahí salió reforzado un Sander Raieste que dejó detalles prometedores. También busca la reválida Tadas Sedekerskis, otro de los que aspiran a dar el salto y apenas una sombra en el estreno.

El Bilbao Basket, rival hoy, ha pasado por un obligado proceso de mutación. Piezas como Lammers -ahora en el Alba- eran un caramelo que no han durado en Miribilla. Por él y el resto de ausencias han aterrizado un puñado de jugadoras, suma de experiencia y hambre, con ganas de repetir la buena imagen de la ACB y motivados por el premio de la Champions. Hoy estarán todos salvo Quentin Serron, lesionado.