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La obligación de no fallar da un pellizco al Baskonia a modo de recordatorio en su compromiso de esta tarde ante el Bàsquet Girona en ... el Buesa Arena. Le dice que nada de descuidos en una nueva reválida en casa ante un oponente que pelea por objetivos menos ambiciosos como es la permanencia en la Liga ACB. El conjunto azulgrana viene de un ejercicio intensivo de demolición en el duelo continental de anteayer frente al Asvel Villeurbanne, que marchó de Vitoria con un contundente 111-75 en el equipaje como peaje a su indolencia. El escenario no cambia, pero la tensión se incrementa ante la perspectiva de un partido en el que los vitorianos deben sumar y esperar para encaramarse a los puestos de acceso a los play off.
Es el estribillo que se repite semana tras semana y que el Baskonia no termina de archivar para buscar otra melodía. A la Euroliga le falta una fecha para cerrar una fase regular en la que el Baskonia quedará sin pelear por los cruces. Ahora, se abre el frente ACB como única opción para salvar una temporada que, hasta el momento, no tiene contento a nadie. Restan nueve jornadas para que el equipo azulgrana encuentre la rehabilitación en el torneo doméstico. Se le exige encontrar acomodo en las eliminatorias por el título liguero. Ya no es cuestión de ir a por nota, sino de cumplir con los mínimos.
El Baskonia ya ha superado el año completo sin estar por encima del noveno puesto en la tabla ACB. Perdió una gran oportunidad hace siete días en la cancha del Breogán, con otro ejercicio de inoparencia que se resolvió con la decimotercera derrota en lo que va de campaña en el frente doméstico. Llegados al descorche de abril, el balance ACB del equipo de Laso es negativo (12-13). El dato destapa su inestable posición en una competición en la que, por presupuesto, debería situarse varios escalones por encima del noveno que en este momento ocupa.
Al menos, el Buesa Arena otorga cierta tranquilidad si se echa un vistazo a la trayectoria reciente de los azulgranas como locales. El Baskonia acumula ya diez victorias consecutivas ante su público; cuatro logradas en la Liga ACB y seis en la Euroliga. Queda claro que como en casa en ninguna parte para un equipo que tiende a perder la tensión y la pegada cada vez que se aleja de sus designios de Zurbano. Es una cadencia nociva que mina la continuidad de un equipo que no ha ganado dos partidos seguidos en la Liga ACB desde finales de enero, cuando encarriló un triunfo en casa frente al Breogán (97-91) con un complicado triunfo a domicilio frente al Hiopos Lleida (74-78).
Es tiempo de refuerzos de cara a la recta final de curso en la Liga ACB y el Girona ya tiene el suyo. Se trata de Jarod Lucas, escolta california de 25 años, 1,90 metros de altura y una reputación como triplista que se labró en la universidad de Oregon State. Recién llegado desde los Texas Legends de la G-League estadounidense, donde firmó un un 41% en tiros de 3, Lucas estará listo para debutar esta tarde en el Buesa Arena. La nueva incorporación ocupa el puesto dejado por Nike Sibande, que acaba de rescindir su contrato con un Básquet Girona que se acerca al objetivo de la salvación, con tres victorias de margen sobre el penúltimo puesto después de obtener un triunfo vital en la cancha del Leyma Coruña la pasada jornada.
El Baskonia sigue siendo un equipo de extremos. Lo es tanto en su cuenta de resultados dependiendo de la localía como en su tendencia al alternar en un solo partido momentos de juego coherente y productivo con caídas al abismo más profundo. En ocasiones, la capacidad de rectificación salva la velada, pero han sido más las veces que semejantes trastornos de personalidad han terminado en desastre. La temporada comienza a acelerar hacia su fase de resolución y el azulgrana sigue siendo un equipo con grietas visibles y un juego y una personalidad todavía pendientes de modelar.
El escaparate de la Euroliga se ha cerrado ya para los jugadores azulgranas y ahora toca poner toda la implicación en la Liga ACB. Una vez concluido el choque ante el Asvel, Pablo Laso se mostró convencido de que su equipo «va a darlo todo» para cerrar el curso con mayores alegrías. «Tenemos una final de temporada apasionante», auguró el preparador vitoriano. No cabe duda que va a resultar interesante contemplar hasta dónde puede llegar este Baskonia tan rezagado en algunas materias y de sensaciones positivas poco duraderas.
El equipo de Laso se agarra a sus buenos registros como local para superar a un Bàsquet Girona que ya se encargó de amargarle su visita del pasado 12 de enero al pabellón Fontajau, donde encajó un desolador 96-67. Aquel encuentro supuso un auténtico festival del plantel gerundense, que comenzaba a levantar cabeza tras la destitución de Fotis Katsikaris y la llegada de Moncho Fernández. También fue una muestra más de cómo la escuadra azulgrana en capaz de entregar en bandeja un partido.
Ante el conjunto catalán, se mantiene la baja de Kamar Baldwin, que se recupera de la fractura que sufrió en un dedo de la mano derecha. La ausencia del georgiano mantiene el puesto de base con un reparto desigual de protagonismo entre la batuta principal de Forrest y el mínimo apoyo de Jaramaz, a quien Laso tampoco se ha abierto un crédito a fondo perdido de confianza. Por contra, sí se espera el retorno de Timothè Luwawu-Cabarrot, obligado a guardar descanso durante el último encuentro ante el Asvel Villeurbanne por problemas en el gemelo.
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