Ventaja al resto

Si alguno piensa que los verdiblancos son aquel equipo en descomposición al que se arrolló hace dos campañas en Sevilla (62-106), ya se puede ir olvidando. No queda ningún jugador de los que entrenaba Carrasco y el paso por Leb, como ha demostrado el Bilbao Basket, les ha servido para resetear, sentar las bases de un nuevo proyecto y regresar a la ACB haciendo las cosas muy bien.

Llevan una victoria, igual que los vitorianos, que deberían ser dos. La semana pasada, al potente Zaragoza, le iban ganando hasta de 17 antes de acabar perdiendo por un triple final de Rodrígo San Miguel. En casa, los de Curro Segura son un equipo difícil. Como visitantes, liberados de presión, juegan alegres a la espera que un momento de inspiración de KC Rivers o Whinttington con su mono de trabajo les dé una alegría.

La receta bética, maldita sea, es parecida a la de los hombres de negro. Veteranía y orden gracias al fichaje de Albert Oliver; puntos –muchos si flaqueas en defensa– en las manos de Rivers, del base turco Sipahi o de AJ Slaughter y oficio en una plantilla de currantes contrastados:Almazán, el canterano baskonista Malmanis, el que fuera hombre de negro Tobias Borg, Whittington y un Nacho Martín al que le gusta más mojarle la oreja al Baskonia que ser invitado a rapear junto a Jay-Z.

Con la actitud correcta, cierto es, los de Zurbano no deberían tener más problemas en la cancha. Eso sí, hay que cerrar el rebote, que el Kirolbet es el tercero peor de la liga en ese apartado y después volar hacia el aro contrario para evitar los recurrentes problemas en el ataque estático.

Cuanto menos trabajo se dé a los bases, más recuperados llegarán al estreno como locales en Euroliga, contra un Olympiacos en crisis pero con una plantel que ya quisieran tener muchos.