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El Kirolbet Baskonia quiere echar raíces en la zona noble. Le ha costado 18 jornadas colarse entre los ocho primeros, el objetivo al final ... de la fase regular, y ahora no quiere salir. «Estar en la pelea es bueno», reconoce Velimir Perasovic, pero resta importancia a la posición en la tabla en una competición tan apretada y con un calendario asimétrico tan desequilibrado que ahora, a priori, juega a favor del conjunto vitoriano, que en las doce últimas jornadas afronta ocho partidos en casa. El primero, esta noche ante el Armani Milan (Buesa Arena, 21.00 horas). Un duelo crucial entre dos equipos que comparten balance de triunfos en el límite del Top 8, con el 'average' particular como telón de fondo (93-90 en la capital lombarda).
Pero el propio entrenador azulgrana apela a la sensatez temporal de una competición larga a la hora de evaluar el calibre del duelo. «Es muy importante porque jugamos contra un rival directo que tiene las mismas victorias que nosotros, eso no lo puedes negar, pero va a ser así hasta el final. Ni con la victoria nos vamos a clasificar ni con la derrota nos vamos a descolgar, quedan tantas jornadas que puede pasar de todo». La perspectiva de un corredor de maratón: aún quedan muchos kilómetros.
Y la perspectiva de un entrenador acostumbrado a sortear obstáculos. Físicos, principalmente. Las lesiones han mermado de forma considerable su plantilla. Sin Shengelia, sin Granger, que estará entre tres y cuatro meses de baja -prácticamente toda la temporada- después de ser operado ayer satisfactoriamente de su lesión de tobillo. Aunque, fiel a ese carácter balcánico tan combativo, Perasovic no se parapeta detrás de las bajas, «dificultades por el camino que son habituales en un equipo de baloncesto, tampoco hay que darle más importancia».
Hoy, al menos, recupera efectivos. Con matices. Vuelve Voigtmann, aunque el alemán no se reincorporó a los entrenamientos hasta ayer. «Después de una gripe estás débil y por eso hemos ido tranquilos con él». También Garino, aunque el concurso del argentino, que se reintegró al trabajo del grupo el miércoles, queda en paréntesis: «Es evidente que después de dos meses de inactividad no estará en las mejores condiciones, pero lo vamos a ir metiendo en dinámica de equipo. A lo mejor no para este partido, pero pronto ya». Y pendiente del estado de Matt Janning, que ha estado parado varios días debido a un esguince de tobillo. El escolta de Minnesota no apareció en la cancha de entrenamiento hasta ayer.
También el rival, sin Nedovic ni Tarczewski, sufre los rigores de la competición. El Olimpia, en cualquier caso, ha reclutado para la causa a Alen Omic (216 centímetros), que jugará en el Buesa su tercer partido con la elástica milanista, y Pianigiani conserva la artillería pesada: los exbaskonistas Mike James (19,8 puntos por partido), máximo anotador de la competición, y Vladimir Micov (14,6), cuarto en este apartado. El conjunto italiano es junto al Real Madrid el que más puntos hace de la Euroliga (87,3).
«Siempre te fijas en el equipo completo, en su filosofía de juego. Es un equipo muy anotador, que juega muy bien a campo abierto, que tiene al máximo anotador de la competición, grandes que corren muy bien, anota mucho en transiciones... James es excelente en campo abierto, Bertans también puede tirar mucho... Es un equipo muy bien hecho y construido para jugar play off», reflexiona Velimir Perasovic, consciente de que el Baskonia no puede repetir el error de Milán, donde buscó el cuerpo a cuerpo anotador.
Velimir Perasovic
«Allí defendimos realmente mal. El equipo iba a anotar más que ellos y al final lo pagas porque en ese momento estaban excelentes en ataque. Hay que jugar un poco más duro con ellos, si esperas a que fallen nunca ganas», subraya el entrenador azulgrana. Fue su primer partido continental de la temporada en el banquillo baskonista (90-93), condicionado por los 42 puntos que anotaron juntos Micov (22) y James (20).
Ahora, la escuadra transalpina no atraviesa su mejor momento: después de un gran inicio -seis victorias en las primeras ocho jornadas-, su juego parece haber perdido frescura -solo dos en las siguientes diez-. «Debemos mejorar nuestra defensa de transición. Las últimas derrotas han estado determinadas por los puntos que hemos permitido al descanso. Es importante no perder la confianza cuando tengamos problemas», dice Pianigiani.
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