Voracidad ofensiva para ganar

Los vitorianos viven en esa placidez que da la confianza. Después de las victorias ante Olympiacos y Estrella Roja en la Euroliga y ante Baxi Manresa para inciar con buen pie la segunda vuelta liguera, llegó la cuarta casi por inercia de una plantilla acostumbrada a pasar fatigas varias. Parece que ese poso ha hecho mella en la fortaleza mental del grupo con dos guías espirituales como Moneke (26 puntos) y Howard (28). En el duelo de pistoleros -entre ambos anotaron 54- ganó la partida el menudo escolta norteamericano, máximo anotador de la Liga ACB y segundo de la Euroliga. Su verticalidad ofrece unas garantías ofensivas que pueden tapar las carencias defensivas, como siempre apunta el técnico montenegrino y más tras recibir 95 puntos.

Hasta la fecha, los 104 puntos endosados al Lenovo Tenerife que sirvieron para superarle en la decimotercera jornada de la competición doméstica habían sido la máxima anotación con otra fiesta del triple a favor de los intereses vitorianos. Esta vez, los 15 de 35 intentos dejaron en un 43 por ciento el acierto desde la larga distancia. Esta ola de optimismo se refleja en el reparto de puntos entre los doce jugadores utilizados por el técnico balcánico que volvió a tirar de su guardia pretoriana y trampear en el puesto de base para dar descanso a Miller-McIntyre con Howard, Marinkovic o el propio Dani Díez como conductores del balón. Khalifa Diop volvió a ser un visto y no visto, mientras que la aportación de Rogkavopoulos fue residual. Aun así, ambos se fueron también con puntos en su estadística. El problema del único timonel parece hasta menos, aunque jugar con fuego tiene un riesgo máximo de quemarse. Y con todo, McIntyre volvió a rubricar 9 asistencias, a pesar de estar obligado a jugar contenido para no incurrir en excesivas faltas y dosificar su esfuerzo. El chico para todo de este equipo, Marinkovic (11 puntos), volvió a ser el salvavidas perfecto. El serbio está de dulce y es una pieza clave en el engranaje de este Baskonia, al igual que el capitán Tadas Sedekerskis, que con 13 puntos y una serie de tres triples sin fallo, desatascó algunos ataques ante la zona recurrente del equipo de Natxo Lezkano que volvió a reencontrarse con quien fuera su jefe en el banquillo azulgrana y con el que ganó un título liguero.

El maestro montenegrino regaló otra lección de motivación dando la alternativa a Joseba Querejeta. Un tiempo muerto a ocho segundos para preparar una jugada para el hijo menor del presidente se transformó en canasta para completar la felicidad.