Del hombre de moda en el Joventut emanan energías positivas. Andrés Feliz Sarita (Santo Domingo, 1997) promedia 12,3 puntos y 3,2 asistencias en los últimos 9 partidos de la ACB. Desde marzo, es el motor de un equipo que fluye al ritmo alegre ... y descarado del dominicano. El base que supo huir de la delincuencia y las drogas tras una infancia en uno de esos lugares inquietantes: el barrio de Guachupita, el más conflictivo de la capital.
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– ¿Cuándo tiene constancia de que empieza a jugar al baloncesto?
– Empecé a los tres años. Mi padre me llevó a un parque y ahí me transmitió el amor por el baloncesto. Mi madre a veces también jugaba. Mi padre sigue jugando partidos los domingos. Pero además tiene conocimiento. En la República Dominicana el deporte principal es el béisbol pero a mí siempre me tiró más el basket.
– ¿Había algún jugador al que quería parecerse o apenas llegaban imágenes?
– Tenía de referencia el estilo de Tony Parker, como lideraba a los Spurs. También me gustó mucho Ricky Rubio cuando llegó a la NBA. En el otro continente era muy difícil seguirle pero luego me fijé y me gustó mucho.
– Cuando mira hacia atrás. ¿Qué imágenes le vienen a la cabeza?
– Muchas. Como de demasiadas en poco tiempo. La vida del barrio en el que nací te hace tener muchas experiencias para cualquier niño. Vengo de un barrio que no era… cómo decirlo, no tiene buenas referencias. Buscas Guachupita y aparecen delincuencia, drogas, tiroteos y cosas así. Gracias a Dios y a mis padres, yo siempre estuve muy centrado en mis estudios y casi todas las imágenes que tengo son felices. El baloncesto me apartó de la delincuencia.
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– ¿Cuando era pequeño le tenía miedo a la calle?
– En ciertos momentos sí, me aterraba porque ves mucho peligro. Pero mis padres me explicaron lo que era el barrio, lo que hacían muchos chicos de mi edad pero que aquello estaba muy mal. Que el camino eran los estudios y el deporte. Y desde luego que sus reglas fueron las mejores para mí y mis hermanos.
– ¿Vuelve mucho por allí?
– Sí, toda mi familia está allí. Soy el mediano de cuatro hermanas y un hermano pero soy al que más buscan para consejos. Me fui temprano de la casa, entonces mis hermanos me preguntan cómo es la vida fuera de allí y qué situación hay. Para mí es muy importante ayudar a mis padres a transmitirles el concepto de la vida que ellos me explicaron. Mi hermano intentó jugar pero se ha tenido que centrar más en los estudios, ya sabe (risas). A ver si, Dios mediante, podemos avanzar en el estilo de vida. Junto con mi esposa, tratamos de compartir dulces, comida, bambas –ya se nota el folclore catalán–. Allí no hay gente que tenga esa capacidad y nosotros, aunque tampoco tenemos mucho, dar alimento y ver cómo la gente sonríe nos llena el corazón.
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– ¿Hubo días que tuvo que quedarse sin comer?
– Sí. No era muy frecuente. Pero siendo una familia pobre, hubo algún día que no teníamos nada. Éramos siete en casa y cerca teníamos a mi tía y mis primos. Entre todos, solíamos apañarnos para pasar el día a día.
– En un ambiente así, ¿cómo de difícil es sacarse una carrera y ser deportista profesional?
– Es duro. Necesitas una oportunidad como la que tuve. Con 15 años, destaqué en una liga de barrios en la que jugaba y me llevaron con la sub-17. Ganamos el Centrobasket y recibí una beca para ir a Estados Unidos. En Illinois, me gradué en Sociología con mucho sacrificio los primeros meses allí solo.
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– ¿Se le pasó por la cabeza volverse?
– Sí, muchas veces. Pero te agarras al futuro. A que todo va a ir bien y vas a poder mejorar la vida de tu familia. Ese era mi motor para sacrificarme.
– Chris Duarte, Karl Anthony Towns, Al Horford, Ángel Delgado y usted. Buen quinteto dominicano. ¿Está habiendo una eclosión del baloncesto?
– Sí, y es muy importante para la sociedad. Me alegro mucho porque es un orgullo para la República el ver que sus ciudadanos pueden triunfar en el mundo y una motivación para los niños. Que vean que aunque haya pocas oportunidades y no haya muchos recursos, la única manera de lograrlos es mediante el esfuerzo y la confianza en Dios, siempre se puede salir hacia delante.
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– Salvo Duarte, el resto no llevan tatuajes en un mundo en el que son habituales. ¿Casualidad?
– Creo que será por la crianza y el estilo de vida de cada persona. Yo personalmente no tengo nada en contra de los tatuajes pero para mí no me gustan.
– Hace poco más de un año, desde Estados Unidos ficha por el Prat y es el héroe del ascenso a LEB Oro. ¿Cómo ha llevado el salto de LEB Plata a la ACB?
– Es todo un proceso. Al ser mi primer año profesional, cada día es una oportunidad para aprender y coger confianza. Creo que para mi progresión es más útil la ACB que haber pasado por segunda. Estoy muy contento con el trabajo que vengo haciendo y el proceso de adaptación. Tengo buenos compañeros también fuera de la cancha, me hablan de cosas relacionadas con el baloncesto y eso me ha ayudado bastante.
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– ¿Cómo llevaron la eliminación de la Eurocup?
– Con mucho dolor. Pero a un partido, cualquiera puede ganar. Nos dolió bastante, porque éramos el mejor equipo de la temporada en Eurocup y caímos eliminados en primera ronda. Nos ha afectado a nivel de confianza, pero ahora ya estamos enfocados de nuevo y en buena disposición para el play off.
– ¿Cómo reaccionaron Tomic y Ribas en el vestuario después de perder con el Ulm?
– Enseguida se levantaron y dijeron que había que tener la cabeza arriba. Qué estábamos eliminados pero íbamos por el buen camino y que aquello no era el final. Si seguíamos trabajando y jugando así, íbamos a tener otra oportunidad en la ACB.
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– Se destaca la buena plantilla que tiene pero, ¿no cree que se habla poco de la labor Carles Duran?
– Puede ser. Estoy muy agradecido por la oportunidad del club y la confianza del entrenador. Los primeros días ya tenía la sensación de que iba a jugar bastante. Creo que se habla poco de su trabajo. Saber llevar muy bien el grupo y la temporada que estamos haciendo es en parte gracias a su gestión.
– Hay papeletas de que Baskonia y Joventut se vuelvan a cruzar en cuartos. Si se da el caso, ¿es bueno o malo jugar antes este partido?
– Es lo que hay. Serían cuatro partidos seguidos, por lo que sería muy difícil sorprendernos. La clave será mantenerse fuerte mentalmente. En la Copa ya nos pasó. Jugamos contra el Tenerife el último partido de liga y luego en cuartos. No nos fue bien, pero tenemos que demostrar el buen trabajo que estamos haciendo. Por ello, no me parece malo repetir con el Baskonia.
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– ¿Sería otro mazazo perder la cuarta posición?
– Venimos con muchas ganas de batallar e intentar hasta terminar terceros. Para eso solo nos queda ganar hoy y estamos convencidos de que podemos hacerlo.
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