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Hay revoluciones que lo dejan todo igual y pequeños cambios que logran crear un nuevo orden. La paradoja del pieza por pieza. Intercambiar dos peones en mitad del tablero hace que la partida nunca vuelva a ser la misma. En esas anda el Baskonia. ¿En ... la casilla de salida tras suplir las cuatro bajas sufridas con otras tantas incorporaciones? Es cierto que nada será definitivo hasta que se fiche, por fin, al esperado cuatro suplente del que carecen desde la marcha de Tillie. No ha llovido ni nada.
No obstante, el nuevo Kirolbet es ya una realidad autónoma y absolutamente diferente del que Pedro Martínez heredó y tuneó de Prigioni para entregárselo a Perasovic. La mano de pintura del croata a ese edificio de ventanas rotas por las lesiones estaba claro que no era suficiente. Ahora se ha acometido la reforma. La exigía una Euroliga que está más cara que nunca, por otro lado. Sin empezar a andar todavía, el Baskonia ya ha dado sus primeros pasos y, al menos sobre el papel, ha ganado enteros respecto al año pasado. Pierde -mucho (pero mucho, mucho)- en la pintura. Sin embargo, aunque es imposible suplantar la inteligencia y jerarquía de Marcelinho Huertas en el perímetro, los dos exteriores contratados (y un Jayson Granger definitivamente sano) configuran una línea exterior realmente temible. Todo sea que cuando se tiren al agua de la competición, el resultado no salga rana.
Es complicado, incluso absurdo, comparar cosas que no son iguales, pero si entre Huertas y Darrun Hilliard aportaban (promedio) 17,2 puntos; 4,4 rebotes y 5,8 asistencias, entre Henry y Stauskas -el año pasado- hicieron 16,3 puntos; 5,9 rebotes y 6,5 asistencias. ¿Similar? El que mejor tiró de tres fue el paulista (42,1% en Euroliga). Le sigue el canadiense con 37,2% (los últimos 24 partidos con los Cavs se fue al 42,5%). Los dos estodounidenses calcan su acierto: 32,2%.
La diferencia viene en lo que sus características pueden dar al grupo. Pierriá, 196 centímetros, es un base que puede jugar de espaldas, como Hackett. No genera en el 'pick and roll' como Marcelinho, que regaló un billete solo de ida a Boston a las continuaciones tras bloqueo de Poirier, pero es buen asistente. Además, es más versátil a la hora de desatascar situaciones límite, sin recurrir siempre al tiro a una pierna marca registrada del ya jugador del Tenerife.
Marcelinho Huertas, al Tenerife. El curso pasado salvó de la debacle al Baskonia en varios partidos, pero los años no perdonan
Darrun Hilliard, al CSKA. Su rendimiento no fue el esperado, pero los rusos aprecian su gélido juego en el clutch.
Johannes Voigtmann, al CSKA. Itoudis explotará su polivalencia y talento hasta hacerlo una de las estrellas de Europa.
Vincent Poirier, a Boston Celtics. Llegó, progresó y voló a la NBA, en la que puede triunfar haciendo el trabajo sucio.
La maniobra de Stauskas es la más interesante. Sauce Castillo es un mote molón, como Money, aunque él no necesita acaparar el balón para convertirlo en puntos. Es un tirador puro. De esos que tanto ha vivido el Baskonia. Si el defensor se pega, lo supera con el bote y penetra para machacar. Va justo, pero es efectivo. Si le da espacio, lanza. Y normalmente, anota. No citaremos a Stombergas, porque no se toma el nombre Saulius en vano. Al menos hasta que iguale el 50% de acierto desde el arco del lituano, en los 38 partidos que disputó con la azulgrana. Regaló 95 triples, en ACB, 44 en Europa, donde se fue al 51,2% de acierto. Al canadiense -lituano por ascendencia familiar- habría que pedirle que supere los cien este año. Ser como ellos es imposible, pero al menos que lleguen ecos de lo que daban Macijauskas, Rakocevic y Perasovic. Lo tendrá cerca para guiarle y recordárselo. Además, Stauskas debe mejorar el rendimiento de Janning, que podrá no tener que acumular tantos minutos.
Soñemos para aceptar que todo sale bien en el perímetro. ¿Mas que color tendrá la pintura? Es un incógnita. Youssopha Fall está aún creciendo y nadie puede saber cómo reaccionará en la élite. Diop, más mental que otra cosa, es como aquellos cercanías de Renfe en los 80, que llegaban a la estación cuando les daba la gana. Y Eric, el veterano, ni en la mejor de sus versiones alcanza lo que se tenía.
Porque somos muy pudorosos y cuesta decirlo en alto, pero Poirier y Voigtmann eran una de las mejores parejas interiores de la Euroliga. Entre ambos, aportaban cada noche 19,4 puntos; 14,1 rebotes y 3,7 asistencias. En el caso de Eric y Fall, la anotación es superior (22,6), con el senegalés en un torneo menor como la Champions. Atraparon 12,5 rebotes y repartieron 1,3 asistencias. Capacidad para dar un paso al frente tienen. ¿Será inmediata?
Pierriá Henry, de Unics Kazan. Es el MVP de la Eurocup y lo que siempre se ha denominado un jugón. Además, asiste bien.
Nik Stauskas, de Cavaliers (NBA). Número 8 del Draft de 2014, su habilidad para tirar de tres es su mejor aval para una rápida adaptación.
Micheal Eric, de Darussafaka. Músculo, rebote ofensivo e intimidación atrás, es una pieza de relleno de auténtico lujo.
Youssopha Fall, cedido en Strasburg. La gran esperanza. Juventud, atleticismo, 221 centímetros y disposición para aprender y dominar.
En esta tesitura, el comodín del 'cuatro' que dé descanso a Shengelia se vuelve ineludible. El propio Josean Querejeta reconocía en su última entrevista en Radio Vitoria que «la plantilla está cerrada a la espera de ese ala-pívot», y recordaba que queda todo agosto para encontrarlo. Acertar, una vez más, devolvería el equilibrio al equipo.
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