Ausencias e incógnitas a una semana de la Supercopa

En el horizonte, la Supercopa de España. El Baskonia juega el sábado que viene las semifinales ante el Barcelona, el mismo rival contra el que alzó el inesperado título de Liga ACB. Si gana, disputarán la final el domingo. Sin ser un torneo marcado en el calendario como capital -en especial en un año donde la pandemia ha reducido el tiempo de pretemporada y descanso- la sola etiqueta de oficial confiere un carácter diferente a la prueba. No habrá excesivas loas y agasajos para el campeón, tampoco titulares. Pero nadie quiere dar una mala imagen si aspira a estar entre los mejores.

Antes, el miércoles, llegará el partido de pretemporada ante el San Pablo Burgos. Contra el que ya fuera su primer rival en la preparación, los azulgranas podrán testar su evolución. Una vez superada la Supercopa, el martes 15, los azulgranas volverán a la senda de la pretemporada para cerrar su preparación ante el Pau Orthez. A partir de ahí, competirá sin red.

A falta de una semana para que arranque de forma oficial la temporada, la plantilla vive instalada en diferentes momentos físico y anímicos. Aunque hay dos figuras que sólo pueden registrar en su ficha la calificación de 'no evaluado': Youssoupha Fall y Arturs Kurucs. Ambos están inéditos. No han disputado ninguno de los cuatro encuentros.

La ausencia del gigante senegalés echa sus raíces en el final de la temporada pasada. Por entonces, una fascitis plantar le dejó fuera de combate en la fase final de la ACB. Viajó a Valencia y 30 segundos frente al Barcelona, en la fase de grupos, le bastaron para que su pie dijese basta. Desde entonces no ha jugado un minuto. Sus 2,21 metros de estatura obligan a actuar con extrema cautela. Un paso en falso podría precipitar incluso un paso por el quirófano que demoraría varios meses su entrada en el equipo. Pero lo cierto es que su percance ha llegado en el peor momento. Este, el tercer año de su contrato en el Baskonia, estaba llamado a ser su año. Sin un dueño claro en la pintura azulgrana, sus cualidades podrían convertirle en diferencial. Aunque todavía tenga que seguir avanzando en su lento proceso de maduración, que le ha llevado a cometer demasiados errores y recaer en una excesiva irregularidad.

Diferente es el caso de Arturs Kurucs. El letón era uno de los canteranos, junto a Sedekerskis y Raieste, llamados a consolidarse en el primer equipo. Pero tampoco ha disputado ningún minuto en la pretemporada. Su caso es una incógnita. Aunque la inesperada realidad le ha impedido dejar su sello, como sí que ha logrado Raieste. La pretemporada tampoco ha podido definir si para Ivanovic será un base que puede jugar de escolta o lo contrario.

Más allá de ellos, hay que jugadores que, pese a que han tenido minutos, todavía no han encontrado su sitio en el Baskonia. El caso más claro es el de Carrington. Avalado por sus puntos en Alemania, su talento ha aparecido con cuentagotas. Obligado a ejercer de base más tiempo del deseado, aún no ha aparecido ese escolta atrevido. El propio Dragic, mermado por una lesión que le ha impedido participar con regularidad, también camina en su propia búsqueda. Con Giedraitis, Peters y Polonara como referentes, el Baskonia tiene que seguir sumando piezas a su puzle. Aunque ahora ya apenas le quede tiempo para pruebas.