Más asentado sobre el alambre naranja

Desde luego, la trayectoria del Mumbrú-jugador se merece una calificación más que notable. Nada menos que 577 partidos disputados en la ACB, repartidos entre siete campañas verdinegras (Eurocup'06), cinco madridistas (ganó la Liga de 2007) y su prolongada estancia en el Botxo. Promedios de 11 puntos, 3,7 rebotes y 1,7 asistencias en 25 minutos sobre los distintos parqués. Datos a los que añadir sus 113 encuentros en la selección española, con la que ganó el oro mundial de 2006, la plata olímpica de 2008 y otras tres medalles continentales.   

Su ascendencia en el vestuario de Miribilla fue creciendo hasta convertirse en una referencia máxima para la parroquia bilbaína. Imbuido de su apego al escudo, Álex ha recibido animadversiones desde las gradas del Buesa Arena que hoy visita con americana en una relación mutuamente tensa. Aparece en las fotografías de algunas refriegas    pretéritas, como se ve a jugadores azulgranas de entonces, y la audioteca guarda ciertas declaraciones sobre las dificultades 'añadidas' de ganar en Vitoria.

El Valencia apuesta por los entrenadores nacionales y a Joan Peñarroya le sucedió en La Fonteta el también barcelonés Mumbrú. Después de tres buenos ejercicios en Miribilla le llegó la oportunidad de dirigir a un club opulento. La temporada anterior generó las dudas propias de un entrenador inestable sobre el alambre taronja. Pobre balance paritario (17-17) y un octavo puesto liguero que le condenó a una eliminación por la vía rápida ante el Barça. Pero ya se le ve más asentado al calor de un grupo muy completo que jugaría el 'play in' europeo ahora mismo con el Baskonia. Y que presenta los mejores diques de contención domésticos. Su Valencia lidera el apartado defensivo con 76,1 puntos recibidos de promedio.