La victoria ante el Unicaja fue un partido revelador para la plantilla azulgrana. En ella, Marinkovic y Baldwin eran dos piezas señaladas en medio de la mala racha de derrotas que acumulaba el Baskonia. 18 minutos promediaba en ACB hasta el domingo el escolta serbio, ... 12 en los cinco últimos fatídicos duelos. Con una tendencia a la baja, sorprende la confianza que depositó en él Ivanovic en el día que había que ir a «morir».
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Marinkovic respondió con creces. 13 puntos en 28 minutos. Un primer paso hacia arriba. Mostrando una versión de la que la parroquia baskonista todavía no había sido testigo. Certero en el triple (3 de 7, 43% de acierto), cumplidor en defensa, intenso en el rebote (5 capturas, 3 en ataque) y con más desparpajo con el balón. Su última canasta, mediado el último cuarto, fue una penetración desde su lado débil, el izquierdo, dejando atrás a Jaime Fernández y levantando una complicada bandeja a tablero ante un experto defensivo como Jonathan Barreiro. Además, el técnico montenegrino, que en rueda de prensa le definió por primera vez como «tirador», le generó varias opciones de tiro desde la pizarra a base de bloqueos directos, el sistema donde mejor rendimiento encontró en Valencia.
Pero no todos suben. Junto a los pívots, Baldwin quedó relegado al banquillo durante la segunda mitad. En los últimos 20 meses, el estadounidense solo había disputado menos de 9 minutos en uno de los 87 partidos jugados. Ante Unicaja se quedó en 8, desamparado en el banquillo, sin sentirse la estrella que venía a ser. Sus cifras (más de 10 puntos por partido) son mejores que las sensaciones y están maquilladas por los impulsos anotadores, con todo decidido, en Kazán y Badalona.
Tampoco Ivanovic está sabiendo maximizar sus recursos. Desde el primer momento, le dio la batuta a Granger y pese a haber tenido más paciencia de la habitual con algunos de sus errores de bulto, le acota a jugar constantemente al pick and roll. «Necesitamos sus puntos, no sus pases», decía públicamente el técnico hace unas semanas sobre el segundo máximo anotador (15, 26) y también octavo mejor asistente (4, 03) de la última edición de la Euroliga. «Es un jugador que en algunos momentos juega bien y en otros está parado». Ahora le ha movido al puesto de escolta y tendrá que pelear también con la competencia directa de Lamar Peters, que hoy empezará a entrenar con el grupo y podría debutar el jueves en el Palau.
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