Margen de mejora

Tiene un mérito incuestionable el hecho de abatir al plantillón serbio totalmente renovado. Sobre todo cuando este traje azulgrana de otoño aún por coser muestra la capacidad de anotarse un duelo equilibrado que, en demasiados momentos, parecía proclive a favorecer los intereses visitantes. Curioso que un triple a tabla de Forrest en el minuto 34 (73-72) obrase de intermitente automovilìstico para adelantar al coche con matrícula de Belgrado.

La identidad es una de las virtudes encomiables que distingue a un club. El Baskonia alardea de carácter y sus hombres lo esparcen encima de la pista. Sin ese gen que viaja en el código genético de la entidad cuesta entender el modo que tienen los jugadores de aferrarse al parqué como los gatos se agarran a las cortinas para evitar la caída letal.

A un primer tiempo de morro torcido le sucedió una interpretación valiente a la vuelta de los vestuarios. Hasta abrazar el intermedio con las dudas pegadas a la camiseta, al Baskonia le sostenían la clase de Luwawu-Cabarrot nada más alzarse el telón y los puntos de Howard, su anotador compulsivo. Y el orgullo que viene de serie, como dicen los comerciales de los concesionarios cuando tratan de colocar un vehículo.

Los requisitos mínimos para paliar inferioridades manifiestas durante los dos primeros cuartos. Otro problema geométrico de bases y alturas. Al grupo de Laso, aquel creador de juego con la pelota en las manos, le faltaba generación desde el timón. Habrá que esperar la aclimatación de Forrest tras años en la NBA porque durante los veinte primeros minutos la pareja local de guías apenas había repartido dos platos de asistencias.

Flota la sensación de que Costello dejó un hueco con su traslado a Valencia no cubierto hasta la fecha. Al Baskonai le urge en cierto modo la rehabilitación deportiva de Diop para formar una pareja de 'cincos' intimidadora junto al 'comeniños' Hall. De hecho, el conjunto alavés ganó este jueves pese a la contundente actuación de Tyrique Jones y el tlento en el poste bajo del eterno Davies. Porque llevaron la pancarta de la rebeldía tras el intermedio el Sedekerskis de siempre, la versión más reconocible de Moneke y la estética funcionaliadas de Cabarrot. Además de la vuelta de tuerca defensiva.