Sedekerskis y Howard, las grandes apuestas del club sujetas a contratos de larga duración. ACB PHOTO
Opinión

La enésima puerta giratoria del Baskonia

La caída de músculo económico respecto a clubes opulentos transforma a un Baskonia vendedor por vocación en una entidad con severos problemas para retener el talento

Viernes, 7 de junio 2024, 00:43

Mientras el entorno crece, el Baskonia nada en el estanque de las ondas contadas. Léase en términos económicos. A la entidad de Zurbano le resulta cada vez más difícil competir en un mercado de talonarios abiertos. El peligro no se ciñe ya a los equipos ... griegos y turcos, el Barça o el Madrid. El ejemplo de esta expansión monetaria clava sus coordenadas geográficas en Belgrado, destino del formidable McIntyre. El Estrella Roja que dispuso de Campazzo hace poco más de un año tiende una oferta difícil de rechazar al 'Lobo' azulgrana.

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De un tiempo a esta parte, la virtud de la que alardeaba el Baskonia se ha convertido en una migraña. La directiva alavesa presumía, y le sostenían los hechos, de conjugar el verbo 'vender' como modo de vida. Reclutaba valores emergentes hambrientos de gloria, los forjaba en la fragua de Betoño y obtenía réditos en diferido para continuar las vueltas necesarias al molino productivo. Ahora aquel don se le transforma en un problema. Le cuesta un mundo retener el talento que querría conservar. Al menos un poco más.

No se trata de renunciar al ideario mercantilista sobre el que el cuadro del Fernando Buesa Arena ha fundamentado su crecimiento. Sí de admitir que los momentos de dicha resultan en esta época demasiado fugaces. Un curso de notas sobresalientes y la graduación anticipada de sus mejores alumnos. Hay que reconocer el ojo clínico para fichar en dos veranos sucesivos a bases como Thompson y McIntyre. Pues eso han durado junto a Salburua. Lo que tarda un hermoso ciervo en mostrarse y desaparecer al trote por los humedales.

Remoto parece el pretérito en el que se conocía al club vitoriano por su carácter visionario en el hallazgo de caladeros nuevos. Tiempos en los que Alfredo Salazar viajaba a Argentina y Brasil para traerse, entre otros, a monumentos baloncestísticos tallados en la capital alavesa como Scola y Splitter. Descubierta la gruta del tesoro por el resto, esa ventaja dejó de diferenciar al Baskonia con respecto a los demás. Desde entonces distingue jugadores muy interesantes que vuelan por debajo del radar de la Euroliga, caso del 'Lobo'. Joyas que refulgen aquí un solo ejercicio, cumplen una gran labor deportiva y prosiguen sus carreras en otros sitios que mejor les alimentan las cuentas bancarias.

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La noticia de que Codi ya calibra su futuro en la capital serbia agudiza la necesidad azulgrana de reinventarse una vez más. La planta noble de Zurbano encara el conocido vocablo 'reconstrucción' porque entre las marchas seguras y las muy probables, del equipo que concluyó la temporada el 12 de mayo sólo se aventura el esqueleto. Al margen de que algunas ecuaciones en el aire decidan permanecer en Betoño, continúan Howard, Rogkavopoulos, Sedekerskis, Diop y tal vez Raieste por el requerimiento oficial de completar los cupos formativos.

Algo así como la enésima puerta giratoria. No sigue ni un base entre la estrella (McIntyre) y los apagados satélites (Chiozza y Theodore), Marinkovic regresa a su hogar blanquinegro (Partizan), al cotizado Costello le seducen desde Valencia, nada se sabe de Diez y el incierto futuro de Kotsar depende más que de un hombro dolorido. Por no quedar, no permanece ni Dusko. El mariscal que siempre entra en la nómina de enseres humanos a la hora de hacer el inventario en el Fernando Buesa Arena.

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La dicha deportiva resulta demasiado fugaz en esta época por la graduación anticipada de los mejores alumnos

El club ha apostado sus fichas a las renovaciones extensas del inaudito Howard y de Sedekerskis, el capitán que encarna las esencias. Y le faltan más piezas redondas del casino para conservar a tipos del núcleo duro de Ivanovic (McIntyre y Costello) mientras que Moneke, ligado a un contrato, tal vez avance su saltarina carrera en otro sitio. Sea como fuere, toca renovar de arriba a abajo el puesto de base y buena parte del juego interior. Casi nada.

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