Contracrónica del Baskonia 77 - 79 Real Madrid

Del 'alley oop' de Mannion y Sedekerskis al triple fallado de Howard: un minuto y medio condenatorio

El técnico catalán dio la espalda a la pista cuando Yabusele empató el choque (75-75) a cuatro minutos del final. Una sobreayuda de Moneke y el infortunio de Marinkovic, que tocó el balón con su brazo izquierdo pero no pudo agarrarle, permitieron al abucheado jugador galo anotar un triple liberado. Miller-McIntyre, cohibido en el lanzamiento, tampoco lograba imprimir un ritmo de juego para crear ventajas y el técnico le entregó el mando a Mannion. De las manos del italiano salió la esperanza de victoria con un formidable alley oop culminado con Sedekerskis. El Buesa estalló. Podía ser la puntilla al Real Madrid. Pero el vigente campeón de la Euroliga tiene más vidas que el señor Don Gato.

La entidad de un base como Campazzo marcó la diferencia. Acreditaba un 0 de 9 en tiros de campo cuando asistió para que Yabusele volviera a empatar el partido y le robó un ataque a Mannion que, a la postre, se volvió decisivo. El timonel transalpino levantó la cabeza en busca de compañeros y cuando fue a pasarle el balón a Costello, el argentino ya corría hacia el aro azulgrana con el esférico en sus manos. Bandeja a placer y minuto y medio para el final. Peñarroya mantiene a Howard en el banquillo y mandó jugada para Marinkovic.

El serbio, con un 0 de 7 en tiros de campo, puso cara de decisión y tras un buen bloqueo fue hacia el aro. Allí le esperaba Vincent Poirier para sacar toda la rabia que el exazulgrana tenía contenida por verse inferior al juego interior azulgrana y colocó el tapón. El Madrid no anotó en el siguiente ataque después de una larguísima revisión en el 'instant replay' y el triple errado de Llull y Mannion lo volvió a intentar. Se quedó emparejado con Poirier, tuvo opción de entregarle el balón a Costello, que se quedó con Campazzo en el cambio, pero el ex de la Virtus se vio con confianza para jugársela. Se le quedó corto, fallaron los blancos y la última posesión.

Vuelve Marinkovic para adentro, pero con cara de menos decidido. Vio a Poirier y sacó el balón fuera a Costello, que no supo qué hacer. Por allí pasaba Moneke y Musa metió la mano. Falta, pero no había bonus. Oportunidad de tiempo muerto y cambio. Salió Howard, pero se quedaron Moneke y Costello en la pista. En busca de más opciones de tiro pero sin casi opciones de rebote. El balón fue al astro estadounidense, que acreditó su peor partido de lo que va de curso tras renovar su contrato, y falló su octavo triple de la noche, con un sólo acierto y el partido murió en la lucha por el rebote. Mannion acudió rápido a consolarle.

El base italiano respiró aliviado en el primer cuarto. Tras encadenar tres acciones positivas, mientras Moneke sacaba músculo y se preparaba para lanzar un tiro libre, el sienés se volvió hacia el otro fondo. Buscó asilo. Necesita desinhibirse para soltar lastre y quitarse la tensión de los anteriores partidos. Repartió otra asistencia a Diop y Chus Mateo pidió tiempo muerto, momento que aprovechó Joan Peñarroya para saltar como un resorte a la pista a reconocerle su labor con la sensación de decirle algo así como '¿ves cómo sí que puedes?'. Mannion se liberó y empezó a correr con el dominio de quien se mueve por su jardín. Hasta el punto de clavar un triple al contraataque, uno de los cinco que anotó el Baskonia en su noche más aciaga desde la larga distancia.

El partido deja ese regusto agridulce con el que nunca se sabe si quedarse con lo bueno o con lo malo. El Baskonia compitió y tuvo buenas sensaciones. Moneke ha tenido una adaptación perfectamente engrasada, Khalifa Diop tapa muchas grietas atrás y Mannion y Costello despertaron. Pero el conjunto azulgrana sigue padeciendo la falta de un tercer base y perdió ante un Real Madrid sin dos de sus mejores jugadores, Tavares y Deck.