Shields, Mickeal, Nocioni, San Emeterio y Hanga han sido varios de los aleros más destacados de la historia del Baskonia igor aizpuru, rafa gutiérrez y Iosu Onandia
Aleros del Baskonia

La posición del siempre acertar

Nocioni, San Emeterio, Hanga o Shields personalizan la buena puntería del Baskonia a la hora de contratar aleros. Más de dos décadas de reinvención atinada, ahora con el incierto futuro de Giedraitis

iván benito

Domingo, 8 de agosto 2021

Hay dos cosas que siempre estarán en la cabeza de los aficionados cuando escuchan el nombre del Baskonia. La primera, el carácter. El sello distintivo del club vitoriano. La segunda, la capacidad de reinventarse con sus fichajes cada año. Jugadores que vienen y van, pero ... sobre todo que triunfan. Los hay que son bases, muchos; otros más, grandullones, pero la importación y exportación de aleros es inigualable. Una pequeña selección: Nocioni, San Emeterio, Stombergas… O los más recientes y todavía en activo Hanga, Shields y Giedraitis. Y hay más: Pete Mickeal, Mindaugas Timinskas o Laurent Foirest, asistente de Vincent Collet en la selección francesa.

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Igual es fruto esa premisa de que la segunda vez siempre sale mejor que la primera. A la enésima, lo clavas. La reconstrucción del Baskonia es el cuento de nunca acabar. Por su querencia a la compraventa y por el bucle infinito del jugador que ofrece un alto rendimiento en la casa y emigra a otra más rica en presupuesto. En esa tesitura reluce la figura y la labor de Alfredo Salazar, amante de los focos apagados, y todo su séquito de trabajadores para atinar en el centro de la diana a lo largo de casi tres décadas. Desde Albergo Ortega, Essie Hollis o Marcelo Nicola.

El secretario técnico azulgrana es una de las figuras más reputadas a la hora de descubrir talento

Alfredo salazar

La actualidad es tan solo un ejemplo. Giedraitis busca un hueco en alguna conferencia norteamericana. No lo tiene fácil, pero si lo logra, su sustituto ya está fichado, Fontecchio, que llegará de los Juegos Olímpicos de Tokio viendo el aro del tamaño de los humedales de Salburua. Ysi finalmente el lituano se queda, el perímetro se blindará a prueba de los mejores equipos de la Euroliga. El asunto queda en manos de las franquicias NBA antes de archivar otro fichero de buenos aleros que Salazar reclutó para el Buesa Arena.

Nocioni es la viva imagen de lo que representa jugar de 'tres' en el Baskonia. Llegó desde Argentina sin mucho ruido en 1999, se fue cedido a Manresa, luego se asentó en el primer equipo azulgrana, triunfó con él –una Liga y dos Copas– y se marchó a la NBA dejando tres millones de euros en las arcas. Con un juego vibrante con el que conectó con la grada tanto en su primera etapa como en la segunda. Un tipo irremplazable por el que se tardaron tres años –la única sequía en más de dos décadas– en encontrar un sustituto de garantías, Pete Mickeal. El exterior de Rock Island fue el MVP de la ACB'08, la segunda muesca liguera en las vitrinas de Zurbano. Puro coraje, enamoró con su plasticidad y carácter competitivo.

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La de los aleros es una posición poco agradecida en el baloncesto. Tiran –y anotan– menos que los escoltas, asisten peor que los bases y los pívots les quitan los rebotes. Con todo eso en su contra, Fernando San Emeterio fue capaz de encandilar a la afición azulgrana. El 'santo' obró el milagro –una Liga– y capitaneó durante siete temporadas una posición por la que en su época también pasaron Nemenja Bjelica, Davis Bertans y Adam Hanga. Los dos primeros están en la NBA y el último ha cambiado Barcelona por Madrid.

Escasas excepciones

La puntería se desvió momentáneamente con la salida del cántabro. Se le concede el asterisco a Jaka Blazic y su actitud de ir a la guerra con dos palos. Con Alberto Corbacho, baskonista en la temporada 2015-2016, se pinchó hueso. Aunque para apuesta fallida la de Janis Timma. Un millón de euros al año, para ser concretos. Solo cumplió el primero. Dicen que el resultado no importa si la decisión era la correcta. Y la del letón lo parecía. Aquel Eurobasket… una proyección perdida.

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Como su último año en el Khimki. Desde hoy disputa la liga de verano de la NBA con los Orlando Magic y el propósito de escapar de las portadas de la prensa rosa –casado con la cantante, modelo y actriz ucraniana Anna Sedokova– y ocupar alguna de baloncesto. Solo dos excepciones en más de dos décadas, un porcentaje de acierto que bien merece ser catalogado como la se siempre acertar. O casi, para los amantes de las verdades absolutas.

Timma coincidió como incorporación estival baskonista de 2017 con Garino. Cuando está sano, el argentino da la talla. En Vitoria, en Argentina y allá a donde vaya después de un último curso en la enfermería de Kaunas. Por Timma llegó Shields y no hubo color. El estadounidense con familia y nacionalidad danesa se estilaba por sumar mucho, restar poco y reparar en la dimensión que es como jugador cuando le tienes de rival. Contra el Baskonia fue benévolo este año. Antes había jugado en Frankfurt y Trento. Después de dos cursos aquí y su providencial punteo a Higgins segundos antes de ganar la cuarta liga ACB para el Baskonia, no verle en la Euroliga significará que habrá traspasado la frontera natural del Atlántico que también quiere atravesar Giedraitis. Sin olvidar, claro, a Lamar Odom, siempre en el alero.

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