Yuri, Paredes y Galarreta entrenan al margen del grupo en un Lezama abarrotado

La gran ausencia, sin duda, ha sido Julen Agirrezabala. El portero de Rentería se lesionó en la última sesión y deja huérfana la portería rojiblanca porque Unai Simón se opera mañana jueves de su muñeca derecha, lo que le tendrá fuera de los terrenos de juego varios «meses», según confirmó el jefe de los servicios médicos Josean Lekue. «Una contusión en la zona lumbar y tres fracturas en las apófisis transversas derechas de L2, L3 y L4» le dejará fuera de combate alrededor de cuatro semanas, lo que deja en suspense su participación en el estreno liguero ante el Getafe el 15 de agosto.

Noticia relacionada

La imagen tranquilizadora: Agirrezabala, de pie mientras observa el entrenamiento

Carlos Nieto

En su lugar, Ernesto Valverde ha reclutado a Mikel Santos (Bilbao, 2004), guardameta la pasada temporada del Basconia en Tercera Federación. Junto a él, los otros dos canteranos, Álex Padilla, teórico titular de no llegar Agirrezabala a tiempo, y Oier Gastesi. Además de los tres guardametas se han ejercitado 19 jugadores de campo. Yuri, Paredes y Galarreta lo han hecho en el gimnasio, al igual que Nico Serrano, que sigue recuperándose de su lesión en el hombro. Ya no está Imanol, traspasado al Sparta de Praga. Han faltado también por supuesto los internacionales Simón, Dani Vivian y Nico Williams, aunque algún pequeño aficionado soñaba con ver de cerca al pequeño de los hermanos.

La sesión comenzó con el público algo dormido (10.30 horas) bajo un sol de justicia en Lezama. Un poco de carrera continua, unos rondos y a jugar. La plantilla se dividió en tres grupos para hacer un triangular que hizo las delicias de la afición. Se vieron golazos como los de Hugo Rincón y Álvaro Djaló, que con cuatro goles fue el MVP del entrenamiento. El fichaje procedente del Braga compartió equipo con su primo Adu Ares.

Padilla regaló un paradón a disparo de Olabarrieta que demostró su inmensa calidad. También galones, visibles con el enfado que pilló cuando Iñaki Williams recogió solo el rechace ante la pasividad de la defensa. Hora y cuarto después, los jugadores salieron a firmar autógrafos y hacerse fotos con los aficionados, pacientes y ordenados, sin muchos gritos.