Yeray se pone a 200 con el Athletic

Han pasado seis años, seis meses y doce días y el defensa está firmando una notable campaña y supo coger los galones durante todo el tiempo que Iñigo Martínez estuvo de baja. Quizá necesitaba Yeray encontrarse ante esa situación, ser la pieza fuerte de la defensa rojiblanca, para demostrar que cuenta con la capacidad suficiente para liderarla, que no le tiembla el pulso para adueñarse de esa zona. Es una de las virtudes de este jugador, que no titubea lo más mínimo cuando tiene que apretar: se rompió, por ejemplo, la nariz en un partido con La Rojita allá por marzo de 2017. Seguro, cuenta con la virtud de la anticipación, de vivir un segundo por delante de los delanteros. Y eso aporta tranquilidad al resto de compañeros, que también confían en su sentido táctico y que han visto cómo ha afinado la salida del balón.

Amante de los videojuegos en los que los coches son los protagonistas, el central vizcaíno se encontró con una terrible noticia en vísperas de la Navidad de 2016, con 21 años: tenía cáncer testicular. De inmediato fue intervenido y en febrero ya estaba de nuevo sobre el césped. Todo se desarrollaba con normalidad. Parecía que estaba recuperado e incluso ese verano Albert Celades le convocó para disputar el Europeo Sub'21 de 2017. Sin embargo, recibió una llamada de teléfono. El mundo se derrumbó: el tumor se había reproducido y debía recibir quimioterapia.

Él lo afrontó con entereza, toda la que se puede tener en un momento así, esa recaída. Casi siempre con una sonrisa, como confesó en una entrevista con EL CORREO, recibió el tratamiento en Zorrozaurre cinco días a la semana de nueve de la mañana a tres de la tarde. Y de nuevo, un 4 de febrero –como en la primera ocasión–, en 2018, volvió a disfrutar de la pelota, de la vida, de cada segundo, porque si algo le enseñó la enfermedad es eso: que hay que paladear al máximo cada instante. También le permitió, es cierto, dejar de lado su timidez y convertirse en una persona más abierta, según él mismo ha confesado, y que participa en actos solidarios a favor de las personas, sobre todo niños, con cáncer.

La espina de la absoluta

Después de restablecerse –recibió el alta casi el mismo día que su abuela falleció por esa maldita enfermedad–, le costó un poco, pero con el paso del tiempo, recuperó su posición en el centro de la defensa, la que salvo sanción y problemas físicos nunca ha abandonado. Por la derecha, o por la izquierda si no está Iñigo. Porque Yeray, siempre echado para adelante, se ha ido haciendo fuerte en esa posición.

Ganador de la Supercopa en 2021 y con papel protagonista en la semifinal de la siguiente edición con una diana que sirvió para tumbar al Atlético –ha marcado tres goles en el primer equipo–, Yeray, con contrato hasta 2026, tiene clavada la espina de la absoluta. «No sé ni cuántas prelistas de la selección española llevo», lamentó hace unos días antes de quedarse, de nuevo, fuera de la lista.Con la llegada de Luis de la Fuente parecía la ocasión para este futbolista que sí ha participado en algunos entrenamientos con La Roja... Pero no. Así que se ha preparado en Lezama para ponerse a 200 contra elGetafe.