Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La grada de animación volvió a rugir para aupar al Athletic a octavos de final de la Europa League y vivir una de esas noches que tanto se disfrutan en La Catedral. Después de semanas de crispación tras la huelga convocada por el grupo Iñigo ... Cabacas Herri Harmaila y las críticas por parte del Athletic y sus jugadores tras el partido frente al Leganés, anoche las aguas volvieron a su cauce. San Mamés volvió a ser ese lugar de comunión de los aficionados y EL CORREO estuvo allí, en la Grada Norte, para sentir ese pálpito y comprobar que el aliento a los jugadores llegó desde todas las esquinas del santuario rojiblanco, de esos 45.471 aficionados que acudieron al compromiso europeo.
La jornada arrancó con la decisión de Iñigo Cabacas Herri Harmaila de finalizar la huelga de animación indefinida que comenzó en diciembre después de denunciar la inacción del club ante las «indiscriminadas cargas de la Ertzaintza» y expedientes sancionadores «sin justificación» contra sus miembros. Por contra, la junta de Jon Uriarte había expresado su preocupación por los gritos y cánticos reiterativos que acarrean sanciones económicas a la entidad desde esa parte de la grada. La pasada campaña se pagaron 40.000 euros por este concepto, algo que la junta evidenció como un grave problema a resolver a favor de un estadio amable para la entidad y sus socios. En lo que va de actual temporada, el Athletic ha sido multado ya en varias ocasiones por los partidos ante Getafe, Valencia y Atlético.
La situación se agravó tras el encuentro del pasado fin de semana en San Mamés frente al Leganés. Durante el partido «dos personas instaron coactivamente a varios integrantes de la Herri Harmaila a cesar en la animación». En esa grada los huelguistas conviven con otros grupos como Piratak, Euskal Lions y los Gazte Abonoa, unos 2.237 jóvenes con una media de edad de 17 años. Una actitud amenazante por la que Ibaigane decidió prohibirles la entrada a San Mamés.
Tras el choque contra el conjunto madrileño, pesos pesados del vestuario rojiblanco como Iñaki Williams y Unai Simón se pronunciaron sobre el asunto y criticaron la actitud de quienes no sólo no animaban, sino que impedían hacerlo al resto de integrantes de la Grada Norte.
La preocupación era palpable teniendo en cuenta que el calendario no da descanso y llegaba otro encuentro muy importante en San Mamés. Pero ayer por la mañana, después de semanas de desencuentros con el club, los integrantes de Iñigo Cabacas Herri Harmaila anunciaron su reactivación en la grada a través de un comunicado en el que justificaban su decisión por «responsabilidad con el escudo y los colores», aunque dejaron claro que mantenían sus diferencias con Ibaigane. Por la tarde lo confirmaron a través de una kalejira camino del estadio rojiblanco, donde mostraron su posición tras una pancarta con el lema 'defiende tus derechos' y consignas como 'que les quede bien claro, Athletic gu gara', 'la pasión no se puede comprar' y algún grito en contra del presidente Jon Uriarte.
La marcha concluyó en San Mamés, donde los componentes de la Herri Harmaila ocuparon sus plazas en su sector, el 108 de la Grada Norte baja, treinta minutos antes del pitido inicial. Allí estaba todo preparado para vivir una de esas noches grandes en La Catedral. Piratak, con la txalaparta y una bandera gigante preparada mientras el club había distribuido enseñas rojiblancas a lo largo del fondo para dejar claro que se buscaba un ambiente de gala en San Mamés, sin grietas, sin fisuras a la hora de animar al Athletic.
Esa zona del campo vibró con el recibimiento al equipo sobre el césped, el himno y los goles de Nico Williams, Yeray y Martón. Lo hizo entonando sus cánticos habituales, aunque con cierta independencia entre cada uno de los grupos de animación. Y en el caso de la Iñigo Cabacas Herri Harmaila, rebajando el tono crítico y áspero que poco antes habían empleado por las calles con la directiva. No hubo proclamas contra Uriarte durante los 90 minutos, como sí hubo en Pozas. La zona más colorida, la de Piratak, animó incluso con un tambor.
Salvo los pitos al portero rival por su polémico gesto con Oyarzabal, no se escucharon los gritos más problemáticos que han conllevado sanciones al Athletic por parte de la Liga. En cambio, la celebración fue total por una victoria que colocó al equipo en una gran segunda plaza.
Eso sí, la despedida del equipo conllevó protestas desde la Grada Norte, ya que los jugadores se reunieron en el centro del campo para saludar desde allí a su afición y se fueron a vestuarios. Eso provocó silbidos y protestas contra Uriarte por parte de ICHH, mientras el resto del campo despedía a los suyos con una merecida ovación.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.