Vivian y Paredes, una pareja en entredicho en el Athletic

Aunque los resultados han acompañado porque el Athletic ha podido compensar con una gran pegada su debilidad en defensa, el problema está ahí, a la vista de cualquiera que no esté abonado a la táctica del avestruz. El propio Unai Simón, uno de esos escasos futbolistas a quienes siempre conviene escuchar con mucha atención, lo dejó claro el pasado viernes tras la agónica victoria contra el Celta cuando alertó sobre la necesidad de recuperar cuanto antes la solidez defensiva. Era el suyo un aviso de lo más pertinente repasando los tres últimos encuentros ante el Valencia, el Villarreal y el Girona, partidos locos, de un alboroto de patio de colegio. La pasada temporada no hubo ninguno así. Ni siquiera en los divertidos duelos en San Mamés contra el Rayo de Iraola y el Girona de Michel, que ya empezaba a mostrar sus colmillos, se llegó a ese nivel de agitación y vértigo.

Por supuesto, el problema no reside sólo en que los rojiblancos hayan encajado siete goles en estos tres choques tormentosos, casi el doble de los que recibieron en las seis primeras jornadas, sino que concedieron ocasiones clarísimas; al menos hasta tres en cada uno de ellos, la mayoría salvadas por el propio portero rojiblanco o por algún defensa providencial, como De Marcos ante el Valencia al despejar sobre la línea un remate de Amallah a los 12 minutos. Y no contamos el penalti que Simón paró a Aspas el viernes porque no fue producto de un error propiamente dicho, sino de una de esas manos desafortunadas que ahora se pagan con la vida.

Lo primero que hay que decir de la pareja Vivian-Paredes es que se trata de una unión forzosa, consecuencia de dos circunstancias indeseables: la marcha de Iñigo Martínez al Barcelona y las lesiones de Yeray. Estos dos jugadores formaban la pareja indiscutible de centrales del Athletic casi desde que coincidieron por primera vez en febrero de 2018 en un partido contra el Girona en Montilivi. Jugaron juntos más de 120 encuentros, pero ya la pasada temporada su relación fue mucho menos frecuente. El central de Ondarroa y el de Barakaldo sólo coincidieron en diez partidos. El último que jugaron juntos fue el Almería-Athletic (1-2) en la jornada 30.

Esta circunstancia no sólo abrió la puerta al tercer central de la plantilla, Dani Vivian, que ya había jugado mucho con Marcelino aprovechando la ausencia de Yeray al comienzo y al final de la temporada 2020-21, sino que obligó a dar la alternativa a Aitor Paredes. A partir de la jornada 18, en San Mamés ante el Real Madrid, el central de Arrigorriaga fue titular en nueve encuentros. En siete formó pareja con Vivian y en dos con Yeray. Su rendimiento fue irregular, con luces y sombras, aunque desde luego tampoco se le puede culpar de que en esos nueve partidos los resultados del Athletic fueran una calamidad: seis derrotas, dos empates y una sola victoria, ante el Celta en San Mamés.

Noticias relacionadas

Nico Williams, sobre su futuro en el Athletic: «Tengo clara la decisión que quiero tomar»

El gol del Athletic pasa por los Williams

El Athletic, cerca de fichar a Elías, un riojano del Portugalete formado en la Oyonesa

El hincha del Celta que se ganó el cariño de la afición de San Mamés

Lesionado Yeray, esta temporada iba a ser un gran examen no sólo para Paredes sino también para Vivian, que de repente adquiría un nuevo rol, el del central de referencia, el más experimentado y fiable. Y lo cierto es que no le están saliendo bien las cosas. Al alavés, un tipo serio, concentrado y cumplidor, no le da para ser un líder. Funciona mejor como un buen complemento del compañero con más galones. Y a Paredes no sólo le ocurre lo mismo, sino que encima es más blando y disperso que el vitoriano. Los goles de Sorloth y Aspas le dejaron en muy mal lugar, aunque en su descargo haya que recordar que llevaba un par de semanas sin poder entrenar con intensidad por unos problemas de espalda.

Sea como fuere, es evidente que el Athletic necesita el regreso de Yeray, previsto para enero, aunque lo normal es que no se ponga a buen tono hasta febrero, ya en la jornada 23 o 24. Y no sólo eso. También es evidente el grave daño que ha hecho al equipo la marcha de un central de la jerarquía e influencia en el juego de Iñigo Martínez. No haber podido compensar de algún modo su pérdida ha rebajado el nivel de la defensa del Athletic; de ahí que darle una mayor solidez, pero conservando, eso sí, el impulso ofensivo y la pegada en el área rival, sea el gran reto al que se enfrenta Valverde.