«En el Villarreal nunca comeremos caviar, la clave del éxito es no hacer locuras»

- ¿Contento por el 1-0 o apenado por haber dejado irse vivo al Bayern?

- La sensación es de alegría total. Ganar al Bayern siempre es grande, y nosotros no sólo les ganamos, fuimos mucho mejores y merecimos más goles. Eso transmite confianza a los jugadores de que pueden plantar cara a cualquier equipo del mundo.

- ¿Se han ganado el respeto de Europa?

- La gente habrá flipado porque todo el mundo quería al Villarreal en el sorteo y ahora habrán cambiado el concepto. No sabemos cómo va a salir la vuelta, pero lo bueno es que los chicos han cogido confianza. Antes que ir allí está el Athletic por el medio que viene seguro a fastidiarnos.

- Llevaban años muy buenos, pero tenían la asignatura pendiente de ganar un título. ¿Qué supuso ganar la Liga Europa?

- Quitarnos una mochila de estar muchos años tocando la puerta, pero nada. Lo hemos logrado y competimos con más tranquilidad.

- ¿Hasta dónde pueden crecer?

- No tenemos marcado un techo. Lo que quiere el club es seguir disfrutando y competir de tú a tú con todo el mundo.

- ¿Cómo afrontan el partido del Athletic?

- Es un partido complicado. Primero porque los equipos de Marcelino son siempre fuertes, muy bien trabajados. Y después, y no es excusa, hay que ver cómo estamos tras el esfuerzo. Los partidos post y previos a Champions no se nos han dado bien. Nos pasó con el Levante, Osasuna, Elche... Equipos que no pelean por Europa, pero el Athletic sí lo hace y es otro escalón. Obviamente nos lo van a poner muy difícil porque saben que hicimos un esfuerzo enorme y que si ponen una marcha más desde el inicio va a ser claves. No sé si Emery hará muchos porque el martes jugamos en Múnich, pero nos espera un Athletic muy fuerte.

- ¿Cómo se explica el milagro de que el club de una ciudad de 50.000 habitantes gane la Liga Europa y sueñe con las semifinales de Champions?

- Es muy sencillo, trabajo e ideas muy claras en un proyecto en el que se trabaja desde hace muchos años. Hay también mucha paciencia, tener los pies en el suelo y trabajamos con lo que tenemos, sin locuras. Todos los años sacamos jugadores de la cantera. La clave del éxito es trabajar con mucha humildad y a partir de ahí no hacer locuras, no creerte lo que no eres. Es un club saneado, que no debe nada, que si se encuentra operaciones caras no las hace. Nunca comeremos caviar, pero comeremos bien todos los días.

- ¿Qué es lo que más le gusta del Athletic?

- El club en general y cómo trabajan la cantera. Tiene mucho mérito pelear por Europa y en la Copa sólo con los de ahí. Es uno de los grandes de España y un equipo a tener en cuenta siempre. Y además me gusta mucho el campo, un escenario de fútbol total y que siempre nos ha respetado.

- ¿Qué es lo que más echa de menos de su etapa de futbolista?

- Me retiré con mis metas completas y además sigo vinculado al club. Estoy haciendo lo que me gusta. Cuando veo un partido no echo de menos nada, incluso me da pereza pensar en los kilómetros que hacía. El campo es muy grande y me retiré con 39 años. Lo que más echo de menos es alguna jugada puntual como la que solíamos hacer, como chutar desde lejos, que es algo que yo hacía. Hoy en día tenemos tanta calidad que queremos entrar hasta dentro.

- En 2012, poco antes de retirarse, dijo a este periódico que no le atraía ser entrenador. ¿No le gusta el banquillo?

- Un entrenador debe valer porque hay que vivirlo mucho, y yo no lo viviría tanto. Veo a Emery, por ejemplo, que desayuna, come y cena con el equipo en la cabeza. Y así tiene que ser porque el fútbol ha cambiado mucho con tantos sistemas, la nutrición, en la que también debe participar directamente el entrenador... Si no estás en todo eso, te pasan por encima. Yo necesito tiempo para mi familia, mis amigos... No podría estar 24 horas pendiente de la plantilla, del rival...

- ¿Y cómo es ser director de relaciones institucionales? La gente les ve en los palcos dar entrevistas y piensa 'estos se dan la gran vidorra'.

- Justo ahora vengo de un acto en una universidad con los mejores estudiantes. Soy la cara del club y me tocó ir, felicitar a los chavales y animarles. Y esto es todos los días, sin falta. No es sólo sentarse en el palco y comer. Voy también a colegios a hacer clinic con los chicos. Lo hago porque me gusta. Va en mi ADN. Voy encantado a todo lo que me llaman. No me molesta nada. Lo que no me gustaría es estar en el banquillo pensando aquel está encabronado conmigo, quién debe jugar... Los jugadores somos muy especiales. Entrenador no, por favor.

- ¿Cómo llega a director de relaciones institucionales?

- Antes de irme al Cosmos el club me dijo que me querían aquí. Al volver me llamaron y les dije 'ya sabéis que no quiero ser entrenador'. Me dijeron 'hay un cargo que no tenemos, imagen del club, embajador, ir a los partidos, a los sorteos'. Dije 'joe, eso ya cambia'. Y también digo una cosa, no es cargo para cualquier jugador. Es para alguien que ha marcado una época en el club, en la Liga y en la selección. Me considero un privilegiado de ocupar este cargo. Y al final puedes pensar que me pego una buena vida o no, que no me quejo, pero me lo he ganado. Hice los kilómetros que tenía que hacer y ahora tengo que disfrutar un poco.