![El 'milagro de Berenguer': la promesa que una cuadrilla de athletizales cumple en una ermita leonesa](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/04/30/cuadrilla-sube-monte-athletic-kNRG-U21022476000293xC-758x531@El%20Correo.jpg)
![El 'milagro de Berenguer': la promesa que una cuadrilla de athletizales cumple en una ermita leonesa](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/04/30/cuadrilla-sube-monte-athletic-kNRG-U21022476000293xC-758x531@El%20Correo.jpg)
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Se conocen desde hace 50 años. Son el prototipo de cuadrilla vasca. Uno de esos grupos de amigos que aunque los avatares de la vida les separen siempre siguen en contacto y aprovechan cualquier excusa para reunirse. Naturales de Bilbao y Algorta, a estos 14 ... colegas les unen muchas vivencias y dos amores: la montaña y el Athletic. La victoria copera del equipo rojiblanco les ha dado la excusa perfecta para encontrarse de nuevo y cumplir una vieja promesa pendiente.
El pasado fin de semana, aprovechando que Tato, uno de los integrantes del grupo, vive en León, todos viajaron a la ciudad castellana. Iban con un objetivo claro. «En 2014, cuando jugamos la final de la Copa contra el Barça, prometimos que si ganaban subiríamos a la ermita de San Froilán a celebrarlo», cuenta.
El pequeño templo se ubica cerca de Valdorria, uno de los pueblos de montaña más altos de la provincia, a 1.340 metros de altitud. Es un enclave imponente al que se llega a través de un sendero estrecho y empinado lleno de escalones, que el sábado se hicieron más duros por la meteorología. «Hizo mucho frío, -2 grados, y a mediodía nevó con ganas, aunque como estaba todo muy mojado no cuajó. Por la mañana hicimos otra ruta y dejamos la subida a la ermita para la tarde, que se portó, porque se abrieron claros», recuerda Tato.
Con sus camisetas rojiblancas y paso a paso emprendieron una subida que no fue fácil, especialmente para uno de los componentes de la cuadrilla, Jesús Sánchez Etxaniz. «Está muy tocado y se mueve en silla de ruedas, pero subió con muletas. No sé ni cómo lo hizo, pero lo hizo», rememora su amigo con admiración. Es precisamente este miembro del grupo el protagonista de la anécdota de la subida.
«Al llegar a la ermita nos encontramos con unos franceses que eran aficionados del París Saint-Germain y fliparon al vernos con las camisetas y las banderas del Atlhetic, cantando el himno... Fue un show», cuenta Tato que fue el encargado de explicar a los galos el motivo de la algarabía. Eso sí, le echó un poco de épica y retranca bilbaína al tema. «Señalé a Jesús y les dije que con el gol de Berenguer en la final se había levantado de la silla de ruedas y que veníamos a dar las gracias al santo».
La broma podía haberse quedado ahí, pero, sin ellos esperarlo, corrió ladera abajo hasta el pueblo. «Al llegar al pequeño bar que hay allí ya nos esperaban. Los franceses les habían contado el 'milagro' de los del Athletic y estaban totalmente convencidos de que era verdad», explica a EL CORREO muerto de risa.
En plena montaña, entre carcajadas y potes, la cuadrilla dio por cumplida aquella promesa y aprovecharon para hacer otra. «Como el año que viene volvamos a ganar otra vez, volveremos aquí a celebrarlo. Bueno, en realidad repetiremos siempre que ganen algo», anuncia Tato. Pocas cosas más sagradas que los amigos y el Athletic.
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