El Senado rojiblanco comparó la ida de semifinales con una auténtica batalla ante un equipo aguerrido con el sello de Bordalás. Todo abierto para la vuelta.

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Oskar Tabuenka

Combate de boxeo

Como si de un combate de boxeo se tratara arrancó la semifinal en San ... Mamés con dos de los equipos mas intensos de la liga. El equipo che se presentó en la catedral con una presión alta y agresiva que dificultaba la salida de balón del Athletic, situación a la que los de Marcelino se adaptaron a la perfección. Poco a poco empezaron a ganar a los puntos al equipo valencianista con acercamientos peligrosos al área rival.

Y cómo no, volvió a aparecer el balón parado para que Raúl, con la testa, adelantara a los rojiblancos en el marcador. Cuando parecía que el partido estaba controlado llegó un empate que dio alas al Valencia. Toca ir a ganar a Mestalla.

Cristina Pintor

A doble partido la eliminatoria cambiaLas eliminatorias a doble partido tienden a reducir la intensidad de cualquier enfrentamiento ya que siempre tienes en mente los noventa minutos que quedan de vuelta. Comenzó el Valencia apretando y buscando el gol con rápidas acciones frente a un Athletic incómodo. Los leones eran incapaces de controlar el balón y así poder marcar el ritmo del partido.

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Marcelino se desesperaba en la banda ante un equipo 'made in Bordalás'. Faltas, parones, escasa continuidad y poco ritmo. La única forma de conseguir marcar era a balón parado, uno de los puntos fuertes de este Athletic de Marcelino y así lo hizo a través de Raúl García. La eliminatoria se complicaba con el empate che. Todo por resolver en Valencia, esperemos que este equipo nos haga soñar una vez más.

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