El uno a uno del Mallorca-Athletic: Raúl García, el mejor

Su titularidad fue una sorpresa porque todo el mundo esperaba ver a Unai Simón de nuevo entre los tres palos. Completó un buen partido, seguro por abajo y por arriba, además de convertirse en el salvador rojiblanco en el uno contra uno ante Muriqi. Poco pudo hacer en el gol de Lee Kang In, estorbado por Yeray. Cumplió con nota el canterano, quien jugó su séptimo partido de Liga.

Mal partido del central. No fue su día. Cometió errores impropios de él, además de ser permeable y excesivamente vulnerable en defensa. Entregó mal muchos balones, Amath le rompió en el área y se estrelló contra el palo y pudo hacer mucho más en el gol de Lee Kang In. Quiso despejar el remate del surcoreano y el balón se le coló entre las piernas. Valverde le cambió por De Marcos.

Tampoco anduvo fino el vitoriano en las acciones defensivas. Si contra el Sevilla cometió un error de bulto que luego corrigió, ante el Mallorca también se equivocó gravemente ante Muriqi. El kosovar le robó la cartera y se plantó solo ante Agirrezabala, pero el portero salvó la situación con una buena parada. Vivian le debe una al meta guipuzcoano.

Fue una de las sorpresas en el once inicial, y encima fuera de su posición. Empezó en el lateral derecho y acabó como central tras las correcciones de Valverde. Remató de cabeza al final de la primera parte y su tiro lo atrapó fácil Rajkovic. No arriesgó con el balón. Su único lunar fue el mal despeje ante Muriqi que derivó en el gol del Mallorca. Pero cumplió en líneas generales.

Vio una amarilla evitable por un manotazo a Amath. Apareció de la nada al final de la primera parte para evitar un gol de Valjent. Tuvo muchísimo trabajo porque el Mallorca cargaba todo su juego por su banda, en la que debió ser algo más presionante en el centro de Amath que acabó en el gol bermellón. Se sumó al ataque, se ofreció y realizó un gran desgaste físico.

Estuvo fallón en las entregas y blando en algunos duelos, como por ejemplo el que tuvo con Lee Kang In en la jugada del gol mallorquinista. Se le fue con excesiva facilidad y sin apenas carga. No se le vio cómodo en ningún momento y, lo que es raro en él, hasta perdió la posición varias veces. Terminó cambiado por Dani García en el último tramo del partido.

Se emparejó con Vesga en la sala de máquinas y sufrió ante el sistema defensivo del Mallorca, con un centro del campo muy poblado y sin apenas espacios. Sacó una amarilla a Maffeo. Probó suerte con un remate que se estrelló en la zaga bermellona. Nunca se escondió, pidió el balón y se ofreció constantemente, pero no consiguió generar peligro con sus pases.

Apenas se le vio hasta el descuento. Estaba desaparecido en combate, perdido en la banda derecha, sin incidencia en el juego del equipo. No dispuso de una sola ocasión y tampoco intentó rematar, hasta que llegó el penalti por una mano de Ruiz de Galarreta. Asumió la responsabilidad en el minuto 95 y no falló ante Rajkovic. Fue su noveno gol en la Liga.

Puede tener un mal día, andar más o menos fino, pero jamás negocia el esfuerzo ni la búsqueda de imposibles. Salió por detrás de Guruzeta y fue de menos a más. No dejó de acosar la portería rival, de rematar todo lo que caía en el área. Tiró tres veces a puerta y en el último suspiro conectó un disparo que le dio en la mano a Ruiz de Galarreta y significó penalti. Una gran parte del empate es suya.

Más allá de la amarilla que sacó a Raíllo, el delantero apenas tuvo impacto en el juego del Athletic. Tampoco disfrutó de oportunidades ni recibió balones en condiciones. Le pitaron algunas faltas que no eran. Se le vio poco, con una participación limitada, y Valverde decidió dejarle en el vestuario en el descanso y dar entrada a Nico Williams.

Se encargó de las jugadas a balón parado y puso un buen centro a Paredes, que el central cabeceó a las manos de Rajkovic. Echó más de una mano a Yuri en las labores defensivas y ganó casi todos los duelos disputados (10 de 13). Tuvo un 77% de acierto en sus pases, aunque le faltó filo a la hora de terminar las jugadas. Dejó su sitio a Adu Ares.

Tenía unas molestias y por eso empezó en el banquillo. Sustituyó a Yeray.

Entró por Ander Herrera, pero apenas tuvo incidencia en el partido.

Relevó en la recta final a un desacertado Vesga.

Fue protagonista en la última jugada al tocar el balón que llegó al Raúl García en el penalti.

Salió al comienzo de la segunda parte y aportó desequilibrio, velocidad, regate y atrevimiento. Pidió un penalti por obstrucción. Vio una amarilla por protestar. Dio otro aire al equipo.

Hizo casi todo bien y no se le notó la inactividad. Justificó una vez más la confianza de Valverde con buenas acciones tanto por arriba como por abajo. El Athletic puede estar tranquilo con él y Simón.

Cuajó un partido incompatible con sus cualidades. Estuvo muy por debajo de su nivel habitual y cometió errores impropios de su clase. También tiene derecho a un día malo.