El 1x1 del Mallorca-Athletic: Sancet, el mejor

Fue uno de los días más aburridos de su carrera, sin apenas nada que hacer. Si se hubiera echado una cabezadita, nadie lo habría notado. En los 95 minutos que duró el partido solo tuvo que atrapar un tiro que le llegó llorando. Lo poco que tuvo que hacer al margen de las intervenciones bajo los tres palos lo solventó con seguridad.

No paró de fajarse con el tanque Muriqi y también con Larin, atento a los movimientos del kosovar y del canadiense. Atento y concentrado, no dio ni un centímetro a los atacantes bermellones. Apareció providencial en el minuto 72 para evitar que Muriqi fusilase a Simón. Metió la pierna y desvió el remate del balcánico a córner. Una acción salvadora.

Mejor que otras veces, incluso con balones en largo. Puso uno maravilloso a Nico Williams que acabó creando peligro en el área bermellona. Al igual que Vivian, fue la sombra de Muriqi, al que persiguió incluso en el campo rival. Apenas cometió errores significativos, se dedicó a defender y a no dejar espacios a un Mallorca bien sujetado en su vertiente ofensiva.

Otro flojo partido del lateral, que no termina de elevar su nivel ni de aprovechar la ausencia por lesión de Óscar de Marcos. Cometió varios errores, vio una amarilla por llegar tarde y fue sustituido en el minuto 59 por Beñat Prados. Sus pases carecieron de precisión y hasta dispuso de una buena ocasión cuando se encontró el balón en el área, pero remató mal.

El lateral recuperó la titularidad después de mucho tiempo parado por una lesión, ya olvidada. Se notó que aún le falta para rendir a su nivel. Empezó con un grave error en el minuto dos entregando prácticamente el balón a un rival en zona peligrosa, pero por suerte el Mallorca no lo castigó. Apenas se le vio arriba, poco afilado y sin incidencia en el juego del equipo. Acabó con 23 pérdidas y sin acciones destacadas.

Tampoco fue el mejor partido del mediocentro, quien terminó sustituido por Dani García. Una de sus acciones más destacadas fue un corte de balón y su posterior entrega a Nico, que luego perdonó ante Rajkovic. Ha tocado el balón 41 veces en 78 minutos, y solo ha dado un pase largo. Ayudó en las labores de contención, siempre generoso con los centrales.

El navarro regresó al once inicial después de perderse el choque con el Betis por sanción. Fue el más incisivo en el ataque rojiblanco, continuamente en movimiento y hambriento de pelota. Tal vez le faltó algo más de velocidad en determinadas jugadas. Se fabricó y dispuso de dos grandes ocasiones, un par de buenos remates que no entraron por centímetros. Sorprendió que fuera el primer sustituido junto a Lekue.

Fue de menos a más, con bastante más protagonismo en la segunda parte. Tampoco fue el de las dos primeras jornadas, pero volvió a verse un jugador que aplica criterio a sus acciones. Al comienzo anduvo lento en el regreso a la que fue su casa, luego puso alguna que otra buena falta lateral y llegó a despejar un peligroso centro mallorquín en el corazón del área. Tiene que ser más regular y no tan intermitente en su juego.

Generoso en el trabajo y el esfuerzo, no tuvo su mejor día en la parcela ofensiva. Apenas disfrutó de balones y ocasiones de peligro y tampoco logró conectar esta vez con su hermano. En su único disparo remató flojo a las manos de Rajkovic. Pero su implicación es total y eso también vale para las tareas defensivas. En más de una ocasión se le vio bajar hasta la línea de fondo y sacó de cabeza un tiro del Mallorca que iba entre los tres palos.

Libró un intenso duelo con el siempre incómodo Maffeo, quien le marcaba muy de cerca. Se marchó del lateral en más de una ocasión pero le faltó concretar. Pasada media hora de juego, el extremo hizo una buena jugada por su banda, se metió en el área y su remate cruzado salió fuera lamiendo el palo izquierdo. No tenía la chispa de los últimos dos partidos. Dejó su sitio a Berenguer.

Venía de marcar ante Osasuna y Betis, pero contra el Mallorca no se le vio. No disfrutó de ocasiones y acabó el partido sin remates. Ni siquiera sacó alguna falta en zonas de peligro. Trabajó como siempre sin que su presencia en el campo diera frutos al equipo. Tampoco fue buscado por sus compañeros, que preferían centrar sus miradas en Nico e Iñaki Williams.

Entró en la recta final por Vesga.

Valverde recurrió al canterano para ponerle en el lateral derecho en detrimento de Lekue.

Entró en la recta final para intentar dar algo de velocidad al equipo.

El capitán salió y dio un poco más de mordiente al ataque. Dispuso de dos ocasiones que desbarató Rajkovic.

Salió en la recta final y le dio para cabecear un centro.

No perdió la concentración en ningún momento, aceptó el cuerpo a cuerpo con Muriqi y salió airoso de sus duelos con el kosovar, incluida la intervención que impidió al delantero fusilar a Simón.

Agotó los 95 minutos que duró el partido sin conseguir llevar algo de peligro al área del Mallorca. Desasistido, no tuvo el protagonismo deseado porque pasó totalmente desapercibido.