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Titular en el Athletic y la selección, con la que jugará el año que viene la Eurocopa, Unai Simón está en la cresta de la ola. Acredita un nivel altísimo, con intervenciones que dan puntos y salvan partidos. El guardameta del Athletic atendió a EL ... CORREO antes de oficializarse la renovación de Nico Williams, a quien felicitó con un cariñoso abrazo, para regalar una charla deliciosa, en la que reflexiona sobre la exposición del jugador, el fútbol actual y la singularidad de un club que tiene metido bajo la piel. Respeta a los que prefieren títulos y cheques en blanco, pero él vive su «sueño de niño». No quiere despertar y espera que dure lo suficiente como para dejar «huella» en el equipo de su vida.
–¿Por qué se ha hecho portero?
– Por un poco de todo. De pequeño, no teníamos portero en el equipo del pueblo. Íbamos rotando los jugadores. Igual era al que mejor se le daba. Siempre he dicho que era porque me gustaba correr menos que a los demás. Cuando pasamos al fútbol 7 teníamos un campo de hierba natural. Era más barro que hierba. Me encantaba tirarme, disfrutaba. A partír de ahí, me he quedado de portero
– Lleva tiempo a un gran nivel, en el Athletic y en la selección, y no para de recibir elogios. ¿Cómo gestiona tanto protagonismo, las palabras que le colocan al nivel de los más grandes?
– Al igual que cuando recibo las críticas. Estamos en un buen momento, pero la temporada pasada y hace dos con Marcelino hubo bastantes críticas. Había gente que pensaba, o igual lo sigue pensando, que lo mejor sería venderme. La gestión de las críticas, positivas y negativas, la llevo de la misma manera.
– Es difícil.
– Me sale solo. Me han educado de esa manera e intento ser así. Ni era tan malo hace uno o dos años ni ahora soy tan bueno como dice la gente. Sigo siendo el mismo.
– Hasta Iribar dijo que es superior a él «con diferencia». No llevará la contraria a una leyenda.
– Escuchar esas palabras siempre te halaga. Que lo diga Ángel... no lo dice cualquiera. Pasan las generaciones y el portero que habrá dentro de 40 años me dará mil vueltas. El fútbol avanza. Cuando esté en la última rueda de prensa, cuando me retire, lo más importante será que te recuerden por la huella que has dejado como persona y no por los números. Muchas veces da igual los partidos que has jugado, los goles que has marcado o las porterías a cero que has dejado. Con el tiempo, alguien lo batirá. Ángel es el jugador con más partidos del Athletic, pero llegará alguien que superará esos números. Ahora bien, nadie dejará la huella que ha dejado Ángel como persona. Lo sigue demostrando con 80 años. Lleva al Athletic ahí donde va. Ángel es el más grande y lo va a ser siempre.
– ¿Alguna vez piensa en hacer historia con el Athletic?
– No. Lo que he tenido siempre en la cabeza es estar toda la vida en el Athletic.
– Dejar huella.
– Sí. Que al menos el tiempo que esté aquí haya valido la pena, que lo haya disfrutado la gente, que haya servido para algo; que no haya sido un mero jugador más. Me gustaría tener un nombre en el Athletic. No por los números, sino por dejar huella.
– Hay gente que no entiende que un futbolista puede decir que no a un Real Madrid, por ejemplo. ¿Cómo se lo explicaría?
– Te tienen que educar así. Tampoco sé si el pensamiento que tengo es el correcto, pero es el mío. No intento convencer a nadie de que lo mejor para su carrera es quedarse en el mismo sitio.
– Para usted es así.
– Para mí, sí. En la selección tengo a gente que me dice '¿por qué no...?'. Porque lo veo así. Me gusta ser agradecido y demostrarle al Athletic, que me ha criado, educado y formado, mi agradecimiento en el campo. Igual ahora soy la mejor opción para ser portero del Athletic. En cuanto llegue alguien que sea mejor opción, habré cumplido mi ciclo y me iré. Hasta entonces, qué mejor manera de agradecérselo al club y no dejarlo en la estacada que jugando todos los días.
– Este tipo de pensamientos son una rareza en el fútbol actual.
– Sí, una rareza, pero... Hay gente que valora ser el mejor jugador del mundo y para eso necesita ganar Champions; otros valoran el dinero por encima de... ven el fútbol como algo económico; otros lo ven como algo profesional. Yo lo veo como algo personal. Disfruto jugando al fútbol, pero lo disfruto en el Athletic. Jugando en otro lado no lo disfrutaría, lo haría por otros temas. ¡A quién no le gustaría ser el mejor portero del mundo y ganar la Champions! A mí me gustaría serlo y ganarla con el Athletic. Eso es más grande que ganarlo en cualquier otro lado.
– ¿El Athletic es un milagro?
– Es como cuando leíamos 'Asterix y Obelix', el pequeño reducto de la Galia. Un milagro o no, las cosas se hacen bien. Si somos diferentes en el mundo es por eso. Pueden pasar los años, podemos hacer campañas mejores o peores, pueden marcharse jugadores que creíamos que podían hacer historia, pero hemos demostrado en 125 años que siempre hemos encontrado reemplazos.
– Nadie es imprescindible.
– Nadie. Sí que hay jugadores muy buenos. ¿A quién no le hubiese gustado que Iñigo hubiera seguido con nosotros? Cada uno toma las mejores decisiones para su vida personal. Y de repente te llega un chaval como Aitor Paredes, que viene del filial y demuestra que tiene capacidad de sobra para jugar en este Athletic.
– Viene a decir que el Athletic es inmortal.
– No quiero decir inmortal. Solo hace falta que lo diga para que nos peguemos un piñazo. Hemos buscado soluciones en casa, en la cantera. A todos nos gustaría que los mejores jugadores criados aquí se queden con nosotros.
– Eso es cada vez más difícil.
– Es cada vez más difícil. Por eso debemos hacer todo lo posible para llevar al Athletic a lo más alto y que la gente pueda disfrutar de sus mejores jugadores.
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– ¿Está en su mejor momento de juego y de madurez?
– De juego, no tanto. De madurez, probablemente sí. Pasan los partidos, acumulas distintas experiencias, sobre todo en el año de las finales de Copa y Supercopa, luego en Eurocopa, Juegos, Mundial... Voy quemando etapas mucho antes de lo que podía imaginar. Te da poso. En el campo hago las mismas cosas que el año pasado o hace dos, pero con ese toque de experiencia y de madurez que hace que sea más regular.
– ¿Es tan frío en su día a día como en el campo?
– No. Hay gente que me ve por la calle y me dice 'pareces muy serio'. Es la imagen que doy en el mundo del fútbol. Me gusta ser así. Cualquier compañero le dirá, al igual que mis amigos o familiares, que fuera soy bastante bromista. Me gusta el cachondeo.
– Hay un Simón y un Unai.
– Mi madre me lo dice: 'En la televisión veo a Simón. Yo conozco a Unai'. Y para mis amigos soy Unai, no Simón. Son dos personajes diferentes, necesarios porque hay que saber diferenciar lo profesional de lo personal.
– ¿Existe la soledad del portero?
– Celebras los goles solo. Ya ni los celebro. Me pongo a celebrarlos y luego te puede venir de vuelta en cualquier momento. No suelo ser muy efusivo en el campo. Suelo tener bastante calma, pero fuera lo paso de lujo con mis compañeros.
– Dijo una vez: «Hundirte después de un error es una falta de respeto hacia los compañeros». ¿Nunca se ha venido abajo? ¿Sus ojos nunca le han visto llorar?
– Sí, pero me ven llorar en casa y en soledad. Hablaba antes con Álex Padilla. Le decía: 'En las categorías inferiores las he liado de todos los colores'. La gente no lo ve, solo ve el fútbol profesional. Como mucho se ve el Bilbao Athletic, y también ahí las armaba bien gordas. Llegó un momento en que dije: 'Deja de ser egoísta y de pensar en ti mismo'. Es importante cometer errores, pero hacerlo más abajo que arriba. Cometerlos te da madurez y pensamiento de seguir adelante.
– ¿Qué es lo que menos le gusta del fútbol moderno?
– La exposición que tenemos. El negocio. Tengo a un amigo que es entrenador de alevines y quiere escalar. Y le digo: 'A medida que escales se te van a meter representantes, negocios, ventas...'. Es puro negocio, una empresa. Al final, esto se hace por dinero. De chaval sueñas con jugar al fútbol y llega un momento en el que ya no lo disfrutas tanto. No le encuentras tanto placer como cuando jugabas con tus amigos en el colegio. Es normal, pero me gustaría que no fuera tan mercantil.
– Si tuviera que elegir entre ganar la Eurocopa o la Copa con el Athletic, ¿qué escogería?
– Son cosas totalmente diferentes. Yo de pequeñito soñaba con estar en el Athletic, no con ganar la Eurocopa. Bastante sueño era ya poder jugar en el Athletic como para imaginarme una Eurocopa. Ganar la Copa con el Athletic es el sueño de niño; ganar la Eurocopa con la selección es el sueño de profesional. Son dos cosas distintas. Ninguna puede anteponerse a la otra.
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