Si algo tiene el mediocentro de Bermeo es desparpajo, ímpetu y ganas de comerse el mundo aunque tenga que derribar un muro tras otro para alcanzar el objetivo. Un ejemplo. En la histórica final de Copa en La Cartuja, tras recibir unas cuantas grapas en ... la cabeza en la segunda mitad fruto de un encontronazo con el rocoso delantero mallorquinista Muriqi, siguió luchando por cada balón como si fuera el último.
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Ni un nuevo encontronazo con otro hueso duro de roer como Samu Costa le hizo amedrentarse. Pero ademas de despliegue físico y presión, Unai Gómez también tiene algo difícil de encontrar que es llegada al área. Prueba de ello es el gol de la victoria que logró de cabeza en la última jugada del encuentro liguer ante Las Palmas en San Mamés. El bermeotarra fue una de las sorpresas agradables del curso pasado. Ernesto Valverde le utilizó en la mayoría de ocasiones como revulsivo desde el banquillo como sustituto de Sancet en la media punta. De hecho, disputó 33 partidos entre Liga y Copa, 11 de ellos como titular.
El técnico también le ha probado en el doble pivote aunque con menor éxito. En esta segunda campaña como jugador del primer equipo, Unai Gómez debe dar un paso al frente en cuando a lectura del juego se refiere ya que precisamente su ímpetu y las ganas de querer agradar le llevaron en algunos partidos a caer en la precipitación cuando Valverde le alineó de salida.
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