La actuación de los ultras en Roma pone al Athletic en el punto de mira de la UEFA

Los rectores del fútbol europeo ya tienen fichada a la entidad bilbaína aunque lo sucedido en la capital italiana sea responsabilidad de un pequeño grupo de radicales adscritos a Herri Norte que nada tiene que ver con el resto de la hinchada, ejemplar antes, durante y después del partido. Las bochornosas imágenes en el estadio de la Ciudad Eterna han dañado la imagen del Athletic precisamente la temporada en la que San Mamés acogerá la final de la Europa League el próximo 21 de mayo, un acontecimiento de alcance mundial que volverá a dirigir todos los focos del deporte internacional hacia la Villa.

Los dirigentes de Ibaigane tienen asumido que lo ocurrido en el primer encuentro de la liguilla de la competición continental acarreará una sanción económica. Lo que temen es que el Comité de Control, Ëtica y Disciplina vaya más allá y añada a la multa una decisión que afectaría al conjunto de la afición: denegar las entradas para que Ibaigane active un sorteo y las distribuya entre sus seguidores de cara a un próximo desplazamiento europeo del equipo.

Los antecedentes no son nada halagüeños en este sentido. La pasada campaña, en el choque de Champions entre la Real Sociedad y el Benfica, ultras portugueses situados en uno de los anillos superiores del campo donostiarra lanzaron bengalas a los aficionados locales que presenciaban el encuentro en una grada inferior. La escena fue muy similar a la registrada en el Olímpico. Los rectores de la UEFA castigaron entonces al club lisboeta con 25.000 euros, una cantidad poco acorde con la extrema gravedad de los hechos, y la prohibición eso sí de vender entradas entre sus hinchas para el siguiente choque de Liga de Campeones.

Con este tipo de resoluciones se persiguen tres objetivos: dar un serio toque de atención a los clubes en los que aún perviven grupos radicales para tratar de sanear el mundo del fútbol, trasladar un mensaje ejemplarizante al resto de entidades deportivas y animar a los aficionados a aislar a los violentos al verse directamente perjudicados por sus acciones. Ahora mismo las competiciones europeas son el principal granero de actuación de los grupos radicales porque muchos de sus integrantes tienen prohibido el acceso al estadio de su equipo y tienen que salir al exterior para dar rienda suelta a sus agresivos comportamientos confundidos entre la masa.

El presidente Jon Uriarte y sus directivos confían en que la rápida y contundente respuesta de condena del entrenador, Ernesto Valverde, de los capitanes, Óscar de Marcos e Iñaki Williams, y del Athletic, con un comunicado categórico hecho público poco después de la conclusión del partido contra la Roma, pueda servir de atenuante. Será complicado porque después de la actitud de los radicales de Herri Norte se habla cada vez menos de fútbol -los rojiblancos lograron un justo empate ante uno de los rivales más poderosos de la liguilla- y también de las horas previas al choque, cuando miles de athleticzales tomaron la capital italiana para festejar la clasificación europea de su equipo después de seis temporadas sin viajar por el Viejo Continente. Hasta la Policía italiana puso en valor su comportamiento.

La siguiente salida del Athletic en la Europa League está calendada el próximo 7 de noviembre. Jugará ante el Ludogorets búlgaro en su cuarto compromiso de la competición tras recibir previamente en San Mamés al AZ neerlandés y al Slavia Praga. Si la investigación de la UEFA se demorase, la referencia de cara a una eventual sanción sin entradas sería el 11 de diciembre frente al Fenerbahçe en Estambul, un viaje sugerente por la belleza de la ciudad de Turquía y también por el potencial del contrincante, habitual en los torneos del Viejo Continente desde hace varios años.

Una multa podría resultar dolorosa, pero lo que realmente preocupa por el daño que generaría al club es la denegación de las entradas. La afición quedaría entonces señalada a pesar de que estarían pagando justos por pecadores. No es descartable además que el posible castigo lleve aparejada la advertencia de una 'condena' mayor en caso de reincidencia. Le ha pasado al Barcelona, que ayer mismo recibió una multa de 10.000 euros y la prohibición de vender entradas entre sus socios con vista al encuentro de Champions que le enfrentará al Estrella Roja. El Barça no tendrá aficionados en Belgrado porque en el choque ante el Mónaco, con derrota azulgrana, un seguidor exhibió un cartel con la frase 'Heil Flick' con una grafía que recordaba a la empleada por los nazis. La pancarta de Herri Norte estuvo desplegada durante bastantes minutos en el Olímpico a pesar de que mostrar la simbología de la agrupación está prohibida desde hace seis años por la UEFA.

Ha quedado casi en el olvido, pero en 2018 el Athletic recibió una dura 'sentencia' del comité de ética de ese organismo después de los graves incidentes registrados en los prolegómenos de su encuentro con el Spartak Moscú en Bilbao. Hubo una batalla campal entre los hinchas radicales de ambos equipos y un ertzaina perdió la vida. El castigo: 40.000 euros y la retirada de 2.000 asientos de La Catedral en el siguiente partido que se disputara en la capital vizcaína. En teoría el club rojiblanco, que presentó en su momento un recurso, debería haber cumplido aquella sanción este año frente al AZ, pero la 'condena' ha prescrito por el largo tiempo transcurrido desde entonces.