Este es el truco que Unai Simón le dijo a Agirrezabala para los decisivos penaltis: «A tu lado, ¡muere!»

Los dos porteros del Athletic protagonizaron una charla clave para la hora de la verdad en la final de La Cartuja

Lunes, 8 de abril 2024, 22:55

A veces la gloria está en pequeños detalles. En pormenores que pueden parecer anecdóticos, pero que son muy importantes para levantar un título como el que acaba de conseguir el Athletic. Compañerismo. Hacer piña. Vestuario. Ese destello brilló antes de que hacer historia se decidiese en una distancia de once metros. En una tanda de penaltis que fue el último renglón de la final de Copa. Un desenlace un tanto cruel en cualquier final, en este caso para el Mallorca. Sobre el césped de La Cartuja, Unai Simón gesticulaba con Agirrezabala. Daba igual no ser titular a pesar de ser el primer portero. Vivió la final como el que más. Y tendió la mano a su compañero, llamado a hacer historia en una noche para el recuerdo, para brindarle algunos consejos antes de la hora de la verdad.

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«¿Qué? ¿El mismo pie?», le preguntaba el joven Agirrezabala, según han recogido las cámaras de Movistar. «Yo lo que hago es que me apoyo algo aquí (hace el gesto de llevar el cuerpo sobre un lado) y luego hago así y me tiro», señala en referencia a hacer un amago de cambiar el lado al que tirarse. y remata: «Tu estás 'buf, no aguanto'... si no a tu lado, ¡muere! ¡Y ya está! ¡Y ya está!», arenga el guardamenta de La Roja, acostumbrado a la presión en este tipo de situaciones.

Los dos se funden entonces en un fuerte abrazo de despedida. Era el primer penalti de Agirrezabala con el primer equipo. Nunca le habían tirado uno antes. «¡Va, Julen! ¡Va!», anima Simón desde la banda. Lo vivió con intensidad. Celebrando como el que más la parada en el segundo lanzamiento a Morlanes y elevando los brazos al aire cuando Radjonic la tiró fuera. «Lo para, lo para», le llegó a decir a Iru, el entrenador de porteros, antes del cuarto lanzamiento. No acertó en su vaticinio, pero tampoco pasó nada. A Berenguer no le falló el pie. El resto es historia y los dos lo celebraron con otro fuerte abrazo tan grande como la Copa.

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